NUEVA YORK.- Cientos de personas se encuentran ya en los alrededores de la Catedral de San Patricio de Nueva York, donde dentro de unas horas se espera la llegada del Papa Francisco en su primer acto público en la ciudad.
Hacia las 10.00 hora local (14.00 GMT) empezaron a llegar las primeras personas a las inmediaciones de la catedral, situada en pleno centro de Manhattan, donde esperan pacientemente detrás de las vallas instaladas por la Policía.
Las medidas de seguridad en la zona son extremas, con vallas metálicas situadas a lo largo de la Quinta Avenida, que ya está poblada de agentes de los servicios secretos, policías con unidades caninas y personal de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).
También se han instalado controles de seguridad similares a los de los aeropuertos por el que deben pasar todas las personas autorizadas para ingresar a la catedral, incluidos los profesionales de los medios de comunicación acreditados para cubrir el evento.
Procedente de Washington, está previsto que hacia las 17:00 hora local (21:00 GMT) el Papa Francisco llegue al aeropuerto John F. Kennedy, desde donde se trasladará en helicóptero a un helipuerto en el sur de la ciudad para dirigirse directamente a la catedral.
Tras un breve recorrido por la Quinta Avenida, el Papa Francisco será recibido en las escalinatas por el arzobispo de Nueva York, el cardenal Timothy Dolan, y el rector de la catedral, monseñor Robert Ritchie, además de otras autoridades estatales y municipales.
En ella se incluye desde el gobernador del estado, Andrew Cuomo, y el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, hasta la presidenta del concejo municipal, la puertorriqueña Melissa Mark-Viverito, según explicaron a Efe fuentes de la organización.
En el interior del edificio de estilo neogótico cuelga ya un cartel en el que aparece una imagen del pontífice y en el que se puede leer «La Catedral de San Patricio da la bienvenida al santo padre, el Papa Francisco».
Las autoridades también han levantado una valla de mayor altura en los accesos laterales a la catedral que está recubierta de un plástico de color negro que impide a los transeúntes ver el interior.