LONDRES.- La Inteligencia militar británica ha estimado que tanto los pilotos de combate rusos como su personal de tierra están padeciendo ya los efectos de la «fatiga de combate» a tenor de incidentes como el ocurrido a finales del mes pasado, cuando el Ejército ucraniano destruyó un radar en una base aérea rusa en Crimea.
El ataque ucraniano del 31 de enero sobre la base de Belbek, «con toda seguridad», ha provocado «la degradación de la capacidad de Rusia para coordinar su actividad aérea en la región del Mar Negro», de acuerdo con la evaluación publicada este sábado por el Ministerio de Defensa de Reino Unido en su cuenta de la red social X, antes Twitter.
El Ministerio pronostica días de «presión adicional» para la flota de aviones A-50 Mainstay, la designación de la OTAN para el avión de control aerotransportado Beriev y para «una plantilla cada vez más corta de personal entrenado y capacitado para dirigir operaciones aéreas».
La Inteligencia militar británica insiste en que la doctrina aérea rusa depende «mucho» de estaciones como Belbeck para coordinar sus efectivos aéreos, en especial sus aviones de combate en lugares donde «el espacio aéreo está disputado» y el escenario «es cada vez más complejo».
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Teniendo en cuenta todos estos factores, la Inteligencia militar británica da prácticamente por hecho que «los pilotos rusos y el personal de tierra ya están sufriendo de fatiga de combate por la exigencia de las operaciones en Ucrania» hasta el punto de que «cualquier nuevo ataque sobre estos nodos de coordinación en Crimea incrementarán a buen seguro esta presión, así como la posibilidad de cometer un error o un fallo de cálculo».
Europa Press