JERUSALÉN.- A las siete de la mañana hora local (5.00 GMT), los más de 11.000 centros de voto abrieron en Israel para tratar, por tercera vez en un año, de elegir una Knéset (Parlamento) que logre formar gobierno.
Para los aislados se han instalado una quincena de tiendas de campaña con aislamiento especial, fuera de las cuales serán atendidos por personal protegido y a las que deben acudir sin usar transporte público y depositar su voto usando un bolígrafo desechable, guantes y mascarillas.
La campaña electoral ha estado marcada por la apatía del votante y por los ataques de mal gusto entre los principales partidos en los últimos días.
Las encuestas prevén que los resultados no difieran gradualmente de los que se registraron tras las elecciones de los pasados septiembre y abril, cuando las formaciones fueron incapaces de pactar un gobierno de coalición.
Los dos principales partidos son el derechista Likud, de Benjamín Netanyahu, y su rival de centro derecha, Beny Gantz. Ninguno puede gobernar en solitario y necesita pactar para llegar a una mayoría simple. El problema es que incluso con sus posibles socios, el primero los partidos de ultraderecha y ultraortodoxos y el segundo con la izquierda y el apoyo externo de los árabes, tampoco ninguno llega a los 61 escaños necesarios.
Nuevamente, es posible que el derechista Avigdor Lieberman y su partido Israel Nuestro Hogar tenga la posibilidad de inclinar la balanza hacia uno u otro lado.
Dos novedades se presentan a diferencia de las dos últimas citas: la primera es que sobre Netanyahu pesa ahora la losa de estar formalmente acusado por corrupción y la segunda, a su favor, que la propuesta de paz estadounidense ha dado impulso a las demandas de la derecha en cuanto al conflicto con los palestinos, por lo demás ausente en esta campaña electoral.
Anoche, Facebook se vio obligado a retirar un vídeo subido por la campaña de Netanyahu, en el que este hablaba de unas últimas encuestas que le darían más escaños que todas las anteriores, al violar la ley que prohíbe publicar encuestas a menos de tres días de la votación. EFE