ROMA.- El alcalde de Roma, Ignazio Marino, anunció hoy la retirada de su dimisión, que presentó el pasado 12 de octubre tras la polémica por el supuesto uso indebido de tarjetas de crédito oficiales, después de una reunión mantenida en la sede de la alcaldía de la capital italiana.
«He decidido retirar las dimisiones presentadas el pasado 12 de octubre», declaró el propio Marino en su cuenta de la red social Twitter.
Marino había indicado cuando presentó su dimisión que existía un plazo legal para confirmarla o retirarla, que vencía el próximo 2 de noviembre.
Tras el anuncio de la retirada de su dimisión dos de los miembros de la junta municipal, el asesor de Transportes, Stefano Esposito, y el vicealcalde, Marco Causi, ambos del Partido Demócrata (PD), confirmaron sus respectivas dimisiones.
El anuncio de Marino se produjo después de la reunión que durante la mañana mantuvo en la sede del PD (partido de Marino y del primer ministro, Matteo Renzi) con el comisario del partido en la capital, Matteo Orfini.
Según los medios italianos, en esa reunión Orfini instó a los concejales del PD en el Ayuntamiento a dimitir en caso de que Marino revocara su decisión del pasado 12 de octubre.
Según la ley de entes locales, la disolución del Ayuntamiento se debe producir si dimiten la mitad más uno de sus miembros, lo que en el caso de Roma obligaría a la renuncia de al menos 25 para que aquella fuera efectiva.
En el Ayuntamiento romano 19 de los miembros de la junta que lo dirige son miembros del PD.
El pasado 20 de octubre el propio alcalde recordó que aún le quedaban algunos días para «reflexionar y verificar», por lo que dejó abierta la posibilidad de retirar la dimisión.
Fue entonces cuando explicó a la prensa que había prestado declaración ante la fiscalía de Roma como «persona informada» y garantizó que no estaba siendo investigado por presunta malversación de fondos públicos del ayuntamiento.
El alcalde anunció su dimisión tras la polémica por unas facturas de cenas supuestamente privadas y pagadas con la tarjeta de crédito del ayuntamiento y la oficializó el 12 de octubre, pero precisando que la ley le da 20 días para poder retirarla, plazo que vencía el 2 de noviembre.
El alcalde defendió que nunca ha usado dinero público y explicó que incluso en su último viaje oficial a Nueva York para un encuentro con los responsables de la ciudad en viviendas sociales, cuando terminaba en Estados Unidos sus vacaciones pagó él de su bolsillo el hotel.
Tras su dimisión comenzó un debate público en los medios italianos sobre las presiones que ha podido recibir Marino, incluida las de su propia formación política, el Partido Demócrata (PD) del presidente del gobierno, Matteo Renzi, quien declaró que había perdido la confianza de los romanos.
El anuncio hoy de Marino se conoció al tiempo que Renzi regresaba a Roma procedente de Cuba, al final de una gira que le llevó por varios países latinoamericanos.
Durante los últimos días se han producido manifestaciones de apoyo y recogida de firmas para que Marino permanezca como alcalde al considerar que sus errores fueron veniales y que se trata de un político honesto.
Mientras, el gobierno y el ministerio del Interior han estudiado el nombramiento de un comisario extraordinario que administre la capital italiana en espera de que se celebren elecciones, previstas no antes de abril del año que viene. EFE
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