Alemania también tiene un problema de empleo. En el segundo trimestre del año registró 985,000 vacantes que no fueron ocupadas -un 10% más que el año pasado-, según el Instituto para la Investigación del Mercado Laboral y el Empleo (IAB).
No significa que el país teutón tenga una tasa de paro del 0% y nadie pueda ocupar esas vacantes -ronda un envidiable 4%-, sino que los puestos que necesita no se pudieron cubrir por falta de formación. Alemania ya ha sufrido este problema durante las últimas fechas, pero esta es la cifra más alta publicada por el IAB.
Estos puestos, de alta cualificación en su mayoría, se han incrementado en los últimos meses debido a la llegada de refugiados, que escogen Alemania como destino para reconstruir su vida. Ese es el motivo por el que una gran parte de los puestos demandados son profesor, ya que el 50% de los refugiados que llegan son menores de edad. Por lo que las instituciones necesitan reforzar el sistema educativo.
Otra de las dificultades existentes es la imposibilidad de convalidar títulos. Además de la evidente dificultad que conlleva el alemán para los recién llegados. Esto no evita que el gobierno de la canciller Angela Merkel continúe intentando atraer talento joven. Merkel es consciente de que necesita mano de obra cualificada para rellenar este millón de vacantes.
Lo cierto es que esta cifra es superior a la que difunde la Agencia de Empleo, que es sensiblemente más baja: 674,000 vacantes en el segundo trimestre de este año. El motivo es que sólo incluye las plazas que las empresas comunican a las autoridades.
Profesores,doctores,ingenieros…
Como ya se ha dicho, el principal puesto de trabajo que requiere Alemania es profesor, ya que la educación infantil de primaria y secundaria necesita 45,000 nuevos maestros. El otro puesto de trabajo demandado es médico, seguido por ingeniero, en especial en áreas como la automoción o la mecánica y electrónica.
Aunque lo cierto es que también existen puestos de trabajo para mano de obra no cualificada: cocineros, camareros, así como panaderos, carniceros, cerrajeros, fontaneros… Profesionales sin estudios superiores, debido a la escasez de aprendices en sectores como la hostelería o la gastronomía.
Y es que los jóvenes alemanes optan por los estudios universitarios y deciden dar la espalda a la formación profesional, aunque signifique tener un contrato como aprendiz nada más salir de la escuela. Los estudiantes alemanes consideran esos empleos poco gratificantes, debido al escaso sueldo y a la duración de la jornada laboral.
Fuente: lainformacion.com