Alemania recuerda 25 años de la reunificación RDA-RFA

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BERLÍN.- La reunificación alemana, de la que se cumplen 25 años este sábado 3 de octubre, se selló después de un vertiginoso proceso en el que, en pocos meses, se puso fin de forma pacífica a una división de cuatro décadas.

El 2 de octubre de 1990, poco antes de la medianoche, el último jefe de Gobierno de la República Democrática Alemana (RDA), Lothar de Maiziere, definió el fin del Estado al que le quedaban pocas horas como «una despedida sin lágrimas». «Somos un pueblo. Seremos un Estado», empezó De Maiziere su intervención.

La reunificación de Alemania era el fin de un proceso vertiginoso que se había gestado en el verano de 1989 con la emigración masiva de ciudadanos de la RDA a través de las fronteras abiertas de Hungría y había seguido con la llamada revolución pacífica que tuvo como punto culminante la caída del muro de Berlín el 9 de noviembre.

El desenlace rápido y sin que se derramase una gota de sangre tomó por sorpresa a muchos y unos pocos años antes seguramente sólo hubiera sido imaginable como un sueño inverosímil.

«En la década de los años ochenta, la reunificación había desaparecido completamente del lenguaje del Gobierno alemán», explica el historiador August Heinrich Winkler en un encuentro con la prensa extranjera.

«Después de la caída del muro tuvo que improvisarse mucho y se improvisó; los funcionarios alemanes rompieron con el mito de son incapaces de ser flexibles», asegura Winkler.

El 28 de noviembre el entonces canciller federal, Helmut Kohl, presentó ante el Bundestag (Cámara Baja del Parlamento) su programa de diez puntos para la superación de la división de Alemania y de Europa -sin consultarlo previamente con sus aliados europeos ni con EEUU- con lo que la reunificación entró a formar parte de la agenda política inmediata.

Sin embargo, el camino no iba a ser fácil, con recelos tanto en el plano internacional como en el interno.

RDA-RFA

El propio Kohl recuerda en el segundo tomo de sus memorias la hostilidad que encontraron sus planes en la cumbre europea celebrada el 8 y el 9 de noviembre de 1989 en Estrasburgo (Francia).

La primera ministra británica, Margaret Thatcher, constató iracunda que los alemanes estaban a punto de regresar después de que el resto de Europa los hubiera derrotado dos veces, mientras que su colega italiano, Mario Andreotti, alertaba de los peligros del pangermanismo.

Entre los líderes de la revolución pacífica en la RDA era mayoritaria la idea de una democratización del país, pero manteniendo la independencia frente a la antigua República Federal de Alemania.

El propio plan de Kohl estaba inicialmente concebido con un proceso en varias etapas -que pasaba por medidas de apoyo humanitario inmediato y la colaboración entre los dos Estados- pero en una visita a Dresde el 19 de diciembre constató que el terreno para la reunificación estaba más que preparado en la RDA.

Las únicas elecciones libres de la historia de la RDA, celebradas el 18 de marzo de 1990, dieron la victoria a una coalición de partidos encabezados por la Unión Cristianodemócrata (CDU), cuyo líder en el este, De Maiziere, se había comprometido a sellar la unidad alemana lo más rápido posible.

Faltaba lograr el apoyo internacional y el presidente de EEUU, George Bush (padre), se mostró de acuerdo desde el principio.

Los socios europeos terminaron cediendo a sus reservas iniciales frente a la concesión de Kohl de acelerar el proceso de unión monetaria, con la que Alemania renunciaba al poder del marco alemán que el presidente francés, Francois Mitterrand, llegó a calificar de «bomba atómica» germana.

Quedaba pendiente la Unión Soviética, que en un primer momento mostró su oposición a que la futura Alemania unida perteneciera a la OTAN.

Sin embargo, el 31 de mayo de 1990 el presidente soviético, Mijail Gorbachov, cedió en ese punto e hizo posible el llamado Tratado 2+4, entre los dos Estados alemanes y las cuatro potencias aliadas (Francia, Reino Unido, EEUU y la URSS), que allanó el camino hacia la reunificación.

Así, sin demoras, el 23 de agosto de 1990 el Parlamento de la RDA voto a favor de la integración del país en la República Federal de Alemania y el 31 del mismo mes se firmó el tratado de la unidad, ratificado en septiembre por los Parlamentos de los dos países para su aplicación efectiva el 3 de octubre de hace 25 años. (EFE/Rodrigo Zuleta)

 

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