MADRID.- El gobierno de Alemania se ha declarado este miércoles «sorprendido» por el rechazo de las autoridades ucranianas a la visita a Kiev del presidente, Frank-Walter Steinmeier, que quería desplazarse a la ciudad con sus homólogos de Polonia y los países bálticos.
El martes se conoció que Steinmeier había mostrado su disposición a reunirse con Zelenski en Kiev, pero este rechazó tal posibilidad. La decisión provocó incomprensión y críticas en Alemania.
Según ha defendido el portavoz adjunto del gobierno, Wolfgang Buchner, Steinmeier ha mostrado una postura «muy clara e inequívoca» del lado de Ucrania y, tras su reelección, apeló al presidente de Rusia, Vladimir Putin, para que «aflojara la soga alrededor del cuello» de su país vecino.
Buchner, que no ha respondido sobre si el Gobierno alemán espera que Ucrania cambie de postura sobre la visita, ha dejado abierta la posibilidad de que el canciller, Olaf Scholz, acepte una invitación para viajar a la capital ucraniana. En este sentido, según ha recogido el diario ‘Sueddeutsche Zeitung’, ha destacado que Scholz «casi visita» Ucrania.
Tras rechazar la visita de Steinmeier, el embajador de Ucrania en Berlín, Andriy Melnik, ha extendido una invitación a Scholz para visitar el país para abordar cómo Alemania puede ayudar a Ucrania con armamento pesado.
Durante la jornada, Oleksiy Arestovich, asesor del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha defendido el rechazo de las autoridades ucranianas a la visita de Steinmeier, al tiempo que ha pedido «comprensión» por la decisión.
Arestovich ha detallado que Zelenski «está esperando» Scholz para que pueda tomar «decisiones prácticas inmediatas, incluyendo también la entrega de armamento», ha indicado en declaraciones a la cadena pública alemana ARD, recogidas por la agencia de noticias DPA.
Aunque ha dicho desconocer las razones por las cuales el Gobierno ucraniano no ha querido que Steinmeier visite Kiev, Arestovich ha defendido que las decisiones políticas de Zelenski se basan «en el equilibrio».
A principios de mes, Melnik criticó duramente la cercanía de Steinmeier con Rusia. «Para Steinmeier, la relación con Rusia era y sigue siendo algo fundamental, incluso sagrado, pase lo que pase. Ni siquiera la guerra de agresión juega un papel importante en esto», aseguró.
Posteriormente, el propio Steinmeier hizo autocrítica sobre su postura personal con respecto a Rusia en los últimos años, desde su rol como jefe de la Cancillería de 1999 a 2005 y como ministro de Exteriores de 2005 a 2009 y de 2013 a 2017.
Así, lamentó no haber tomado en serio las advertencias sobre Rusia de los países de Europa del Este después de 2014 y destacó que el apoyo al gasoducto germano-ruso Nord Stream 2 supuso un golpe a la credibilidad de Alemania.
Fuente: europapress.es