RÍO DE JANEIRO.- La organización Amnistía Internacional aseguró este sábado que la lenta y poca transparente investigación por el asesinato de la activista brasileña de derechos humanos Marielle Franco, ocurrido hace exactos dos años en Río de Janeiro, se convirtió en un símbolo de la impunidad en Brasil.
«El crimen sigue sin resolverse y se ha convertido en un ejemplo de la impunidad de la violencia contra los defensores y defensoras de los derechos humanos en Brasil«, afirmó la organización internacional de defensa de los derechos humanos en un comunicado divulgado con motivo del segundo aniversario del asesinato.
Franco, una mujer negra, bisexual, procedente de una favela y defensora de minorías, fue asesinada a tiros el 14 de marzo de 2018 junto a su conductor, Anderson Gomes, tras participar en un acto de mujeres negras en el centro de Río de Janeiro.
La socióloga y concejala por el izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL) trabajaba por los derechos de los más necesitados, especialmente mujeres, jóvenes negros y población LGTBI, y su caso se ha convertido en emblemático para organizaciones de defensa de los derechos humanos.
Pese a que las autoridades arrestaron hace exactamente un año a dos expolicías acusados de haber sido los autores materiales del crimen y a que la Justicia aceptó juzgarlos en un proceso con jurado por homicidio agravado, las organizaciones no gubernamentales exigen que la Policía también detenga a quienes encomendaron el asesinato y esclarezca los motivos del mismo.
Sobre los inductores del crimen, la Policía ha admitido varias hipótesis, desde la participación de milicias, grupos parapoliciales integrados por expolicías o agentes corruptos que controlan algunas favelas de Río, hasta la de políticos molestos por la popularidad de la concejala, pero sin ningún avance, pista o identificación.
«Las autoridades tienen que resolver con urgencia cuestiones que siguen sin respuesta, ¿quién mandó a matar a Marielle? y ¿por qué?», se pregunta Amnistía Internacional.
«Dos años son demasiado tiempo de espera. La falta de resultados sólidos a la hora de determinar quién ordenó el asesinato o aclarar las circunstancias en que se cometió, que ha sido la tónica de la investigación durante el último año, demuestra que todavía se puede matar a defensores y defensoras de los derechos humanos en Brasil y que estos crímenes quedan impunes», afirmó Jurema Werneck, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Brasil, citada en el comunicado.
Para Werneck, Brasil tiene que dejar claro ante la comunidad internacional que no tolerará tales delitos ni ninguna otra clase de violencia contra los defensores de derechos humanos.
Según Amnistía Internacional, la detención de los acusados de ser los autores materiales del crimen es un avance importante en la investigación, pero desde entonces no se ha progresado más.
AUTORIDAES ATRAPADAS EN UN LABERINTO
La organización agregó que las autoridades de Río de Janeiro han incumplido el compromiso que asumieron hace exactamente un año en una reunión con AI de resolver los homicidios «con rapidez, independencia y transparencia».
«No está ocurriendo así, pues el último año se ha caracterizado por una falta de información sobre el caso que hace pensar que las autoridades están atrapadas en un laberinto», según el comunicado.
Igualmente citada en el comunicado, Monica Benicio, viuda de la concejala asesinada, afirmó que «el mensaje que el Estado brasileño está transmitiendo al mundo es que unas vidas valen más que otras y que lo ocurrido puede volver a producirse, porque hay impunidad para quienes matan a una mujer negra y LGBTI de origen humilde».
Amnistía Internacional recordó que su informe anual de 2019 señaló a Latinoamérica como la región más peligrosa del mundo para los defensores de derechos humanos y que las autoridades brasileñas, además de una retórica anti derechos humanos, han puesto en práctica en el último año medidas administrativas y legislativas que han tenido efectos tangibles en los derechos de la población.
El Instituto Marielle Franco, que había programado varios actos este sábado pare recordar el segundo aniversario del asesinato, anunció su cancelación el viernes como medida preventiva para evitar que las aglomeraciones faciliten el avance del coronavirus. EFE