El cantante argentino Andrés Calamaro hizo un guiño a la literatura con su primer libro: «Paracaídas y vueltas. Diarios íntimos», una obra «sin pretensiones intelectuales» en la que reúne más de 200 escritos que incluyen desde reflexiones personales, crónicas y conciertos hasta temas taurinos.
Calamaro (Buenos Aires, 1961) ha destacado dentro de la música argentina, en especial en el rock, como cantante, músico, compositor y productor discográfico, unos oficios a los que ahora agrega el de escritor.
«Voy a insistir en que este es un libro sin pretensiones intelectuales, de alguna manera, evidentemente, hay guiños a la literatura», dijo en una rueda de prensa en la capital mexicana para presentar la obra.
Con más de tres décadas de carrera a sus espaldas, en los que ha publicado más de 30 discos como solista y con sus tres bandas, el argentino consideró interesante que en su «debut personal literario impreso, el rock roce, aunque sea, momentos literarios».
Luego de reconocer que «nunca» alcanzará la categoría intelectual de su padre Eduardo, quien lo crió en un ambiente cultural y musical -en su casa se podía encontrar al poeta Alberto Girri o al grupo Les Luthiers-, pidió «clemencia y una oportunidad» de los lectores que no lo conocen en su faceta musical.
Señaló que «sin falsa humildad» reconoce que su libro y él no pertenecen «a la literatura con mayúsculas», la cual -dijo- es para gente como el chileno Vicente Huidobro o el estadounidense Walt Whitman, «escritores de verdad».
«Pido clemencia y una oportunidad para que ‘Paracaídas y vueltas’ atrape a otros lectores no habituales de los conciertos, de la radio del rock y de la música pop, y ojalá sea considerado como un parte, como una costra de la literatura», señaló.
El músico recordó que en el libro hay crónicas, citas, frases, aparentes ficciones, «un poco de filosofía y un poco de literatura», aunque está más influenciado por su experiencia en la calle, en los barrios viajando, en los conciertos.
«Es una escritura pura, no eché mano de referencias literarias para decorarlo excesivamente con pretensiones intelectuales», insistió el argentino, quien en 295 páginas, en las que aborda diferentes temáticas, se muestra tal cual es.
Calamaro ofrece, sin un orden cronológico y en primera persona, vivencias de la infancia, crónicas de sus viajes, de sus conciertos, anécdotas personales, de gozo y de dolor, pensamientos sobre el rock y los excesos, distintas reflexiones, versos y poesías, sin dejar a un lado las corridas de toros, un tema que le apasiona.
El autor invita al público a leerlo como le «dé la gana» y aclara que no es una autobiografía roquera y no ofrece ningún tipo de morbo, pero tiene la misma naturaleza promiscua de un disco como «Honestidad Brutal» (1999), considerado por muchos como su obra maestra.
Relató que el título del libro le llegó a través de «Paloma», una de sus canciones más celebradas y exigidas por sus seguidores en sus conciertos.
«En el inicio dice: ‘mi vida fuimos a volar con un solo paracaídas’… entonces de alguna manera pensé: ahí está, tácito, el título mi vida, como si esta fuera una verdadera autobiografía», comentó.