Ángel Maturino Reséndiz (nacido el 1 de agosto de 1960 en Temapache, Veracruz, México) fue un criminal mexicano conocido por ser uno de los asesinos en serie más notorios de Estados Unidos.
Durante la década de 1990, Reséndiz cometió una serie de asesinatos, robos y violaciones a lo largo de los estados fronterizos entre México y Estados Unidos. Su modus operandi consistía en abordar trenes de carga y saltar de un vagón a otro, lo que le permitió moverse rápidamente por diferentes localidades y cometer sus crímenes en zonas rurales.
Su apodo, «El asesino del vagón», se debe a su frecuente uso de los trenes para desplazarse entre los lugares donde cometía sus delitos. Se le atribuyen al menos 15 asesinatos, aunque algunos informes sugieren que la cifra podría haber sido aún mayor. A menudo atacaba a personas que vivían en zonas aisladas, como trabajadores de ferrocarriles o parejas solas en casas alejadas de los centros urbanos.
Reséndiz fue capturado en 1999 después de una extensa persecución que incluyó la colaboración de las autoridades de ambos países, México y Estados Unidos. En su juicio, Reséndiz fue condenado a muerte en 2000 por varios de los asesinatos cometidos, aunque su ejecución fue suspendida en varias ocasiones debido a apelaciones.
En 2006, Reséndiz fue sentenciado a muerte por el asesinato de una pareja en Texas, y finalmente fue ejecutado el 27 de junio de 2006 mediante inyección letal en la prisión estatal de Huntsville, Texas.
El caso de Ángel Maturino Reséndiz es uno de los más famosos y complejos en la historia criminal de América del Norte, no solo por la cantidad de crímenes que cometió, sino también por su capacidad para eludir a la justicia durante tanto tiempo, lo que lo convirtió en una figura temida y estudiada dentro del ámbito criminal.
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