El recordatorio de los 33 años de la tragedia de Uchuraccay, donde se inmolaron ocho periodistas y un guía, en el intento frustrado de darle al Perú un relato fiel de la realidad nacional, va más allá de una justa evocación.
Nos convoca a reflexionar sobre la verdadera dimensión de lo que significa hacer periodismo en el Perú, especialmente en estos tiempos como lo que estamos viviendo, cuando las confrontaciones políticas parecen inmersas en un espacio, donde la falta de diálogo y de concentración están dando origen a una peligrosa desorientación que pone en riesgo la solución de los graves problemas de orden económico y social que afligen al país.
El sólo mencionar los nombres de Jorge Sedano Falcón, Eduardo de la Piniella, Félix Gavilán Huamán, Pedro Sánchez Gavidia, Willy Retto Torres, Jorge Luis Mendívil Trelles, Amador García Yanque, Octavio Infante García y el guía Juan Argumedo García, victimados aquel fatídico 26 de enero de 1983, es más que suficiente para que evoquemos la fe de comprender a la sociedad peruana, trazando una experiencia continua en donde no hay espacio para la fatiga. Y donde sí, es necesaria, una permanente verificación de lo que se escucha, de lo que se ve y se lee, con lo que realmente sucede. Esa incesante búsqueda de hechos y confrontaciones con todos los sectores de la opinión pública y pareceres de la realidad nacional, es tarea que le corresponde al periodismo de hoy.
#Uchuraccay: Videos del levantamiento de cuerpos de los mártires https://t.co/REg1lLVHPN @IFJGlobal @FIP_AL pic.twitter.com/I17AZh0Xlh
— Crónica Viva (@cronica_viva) January 26, 2016
La reconciliación, la inclusión y el inicio de una transformación social y económica sí son posibles, con la presencia de un periodismo ético, cumplidor de su deber social. Así lo entiende la Asociación Nacional de Periodistas del Perú, que desde hace 33 años, sin pausa alguna, hace este recordatorio en tanto implica por un lado sobreponerse a los intereses, herencias y efectos de unos, y por otro lado, hacer entrega de una comunicación social que le dé sentido a la vida, a la esperanza, a los sueños, nunca perdidos en el pueblo como en nuestra nación.
Por eso este 33 aniversario del martirologio de los ocho periodistas y el guía, nos lleva a tomar posiciones muy definidas. Los verdaderos periodistas aspiramos a una verdadera democracia con libertad, sin peligros de terminar en la cárcel por informar con la verdad, sin ser agredidos, amenazados o victimados y con libertad para acceder a la información de interés público.
"La barbarie: hace 33 años en #Uchuraccay", columna de Roberto Mejía https://t.co/gEqlvGVuss @IFJGlobal @FIP_AL pic.twitter.com/py90x5YlQ3
— Crónica Viva (@cronica_viva) January 27, 2016
Así como ayer, la Asociación Nacional de Periodistas del Perú, entrega sus mayores esfuerzos en esta lucha contra la cultura del secretismo. Esta es la que le causa el mayor de los daños a la vida en justicia, en paz, en armonía.
Pero nunca es tarde para perder las esperanzas. Así como ayer combatimos al terrorismo demencial, ahora seguimos en la misma lucha. Y no solamente contra las mascaradas en la que se esconde este terrible flagelo contra la humanidad. De la misma manera lo hacemos contra la corrupción y contra aquellos que teniendo una cuota de poder, hacen mal uso de ella.
Por eso, no dejaremos jamás de rendirle homenaje a los mártires de Uchuraccay. Ellos han dejado una heredad de sacrificio y de nobleza. La Asociación Nacional de Periodistas del Perú al recordarlos pone en alto su antorcha de lucha, aviva los ánimos de un periodismo comprometido con la historia social y económica del Perú y busca por sobre todas las cosas el cumplimiento sincero de una comunicación social con valores y principios al servicio de todo el Perú.
Consejo Directivo de la ANP Filial Iquitos
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