La 23ª cumbre anual del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) concluyó hoy en Manila con un cierre de filas en contra del fenómeno terrorista y un llamado a combatirlo a través de la solidaridad internacional.
Los líderes de los 21 países participantes, entre ellos el de EEUU, Barak Obama, y el de China, Xi Jinping, pusieron fin a la cita con una declaración en la que advierten que «no vamos a permitir que el terrorismo ponga en peligro nuestros valores fundamentales».
En el documento, los mandatarios de ambas orillas de la Cuenca del Pacífico subrayan la «necesidad urgente de luchar contra el terrorismo mediante la cooperación internacional», y se cita los recientes ataques en París, Beirut y la península del Sinaí, reivindicados por el yihadista Estado Islámico (EI).
Los firmantes -entre los que también figuran los primeros ministros de Japón, Shinzo Abe; de Australia, Malcolm Turnbull; de Rusia, Dmitri Medvedev, y de Canadá, Justin Trudeau-, proponen la mejora de las condiciones de vida como medio para frenar el extremismo.
«El crecimiento económico y la prosperidad son herramientas para tratar las causas de la radicalización» se recuerda en el texto, en el que los líderes del APEC garantizan «nuestro compromiso por favorecer la estabilidad y la paz en la región de Asia-Pacífico».
En la nota no aluden, sin embargo, al litigio que enfrenta al régimen de Pekín y cinco países del organismo por la soberanía de un archipiélago del Mar del Sur de China, una disputa que dominó buena parte de los encuentros bilaterales celebrados al margen de la cumbre, que había sido convocada con una agenda social bajo el lema «por un crecimiento inclusivo, por un futuro mejor».
La disputa por las conocidas como Islas Spratly también motivó un nuevo desencuentro entre Xi y Obama, que aprovechó su viaje a la capital filipina para apoyar la postura de Manila -uno de países que disputan a Pekín las Spratly y aliado principal de Washington en el Sudeste Asiático-, de someter el litigio a un arbitraje internacional, lo que China rechaza de plano.
Al mismo tiempo, Obama prometió a Filipinas la entrega de dos nuevos navíos de guerra para asegurar su «patrullaje marítimo» al tiempo que en Washington se anunciaba ayuda financiera suplementaria para inversiones en materia de Defensa a otros dos países que se disputan también con Pekín las Spratly, a Vietnam y Malasia.
A la cumbre asistieron los presidentes de Chile, Michelle Bachelet; de México, Enrique Peña Nieto, y del Perú, Ollanta Humala, cuyos países son miembros de la Alianza del Pacífico y los tres únicos de Latinoamérica que forman parte de la APEC.
La cita contó también con la presencia, como invitado especial, del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, cuyo país es el cuarto miembro de la Alianza del Pacífico pero no está integrado, aunque ha pedido su ingreso a la organización transpacífica, en cuya cumbre de Manila tampoco han faltado manifestaciones de protesta convocadas por movimientos sindicales y grupos antiglobalización.
La Policía filipina cargó hoy contra un millar de personas que se habían congregado en las inmediaciones del Palacio de Congresos donde tuvo lugar la conferencia, situado en el paseo marítimo de la ciudad y que ha estado rodeado, durante los dos días que duró la cita, por un fuerte dispositivo de seguridad.
Los manifestantes enarbolaban carteles en los que se podía leer lemas como: «Somos los trabajadores del mundo» y «Justicia y libertad», en un número similar al de los congregados. Agentes antidisturbios los disolvieron con cañones de agua. EFE