RIAD.- El príncipe Talal bin Abdelaziz, un defensor durante décadas de la necesidad de reformas aperturistas del régimen saudí, y su conversión en una monarquía constitucional, falleció a los 87 años tras meses de activismo contra el príncipe heredero, Mohamed bin Salman.
«El príncipe Talal fue llamado por Dios el sábado», anunció en su cuenta de Twitter su hijo Alwaleed bin Talal, el multimillonario cuyo conglomerado tiene participaciones en empresas estadounidenses como Apple, Twitter, Citigroup, Four Seasons o Disney.
Según la revista Forbes, su fortuna supera los 17.000 millones de dólares (unos 14.000 millones de euros).
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Bin Talal, hermanastro del actual monarca Salman y apodado el ‘príncipe rojo’, mantuvo el desafío hasta el final. En noviembre del año pasado inició una huelga de hambre para protestar por el arresto de tres de sus vástagos en la supuesta purga anti corrupción liderada por el príncipe heredero.
Decenas de príncipes, magnates y altos cargos permanecieron durante semanas confinados en un lujoso hotel de Riad.
Sus primeras embestidas a la Casa de Saud, sin embargo, comenzaron hace medio siglo. Fue entonces cuando convenció a un pequeño grupo de príncipes, autodenominados el ‘movimiento de los príncipes libres’, con el objetivo de reclamar reformas constitucionales y alinearse con el panarabismo del presidente egipcio, el general Gamal Abdel Naser.
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Un cuestionamiento abierto del poder que le obligó a exiliarse en la década de 1960. Una rueda de prensa en Beirut desencadenó la ruptura. Las autoridades saudíes le retiraron el pasaporte, confiscaron sus propiedades y arrestaron a algunos de sus acólitos como represalia a su activismo. Infatigable, se refugió en ‘Radio Cairo’ para difundir su ideario liberal. Antes de abrazar la diáspora, el hijo número 20 del rey Abdelaziz -el fundador de la monarquía- ocupó cargos gubernamentales y llegó a ser ministro de comunicaciones y finanzas y economía nacional.
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En 1964 regresó a casa tras el ascenso al trono de Faisal bin Abdelaziz en una rehabilitación en la que su madre Munaiyir fue la mediadora. Aunque rebajó el tono,
Talal siguió hablando alto y claro, posicionándose, por ejemplo, al lado del derecho de las mujeres saudíes a conducir -un veto que levantó el pasado año tras décadas de lucha- o la limitación del gasto militar del mayor exportador de petróleo del planeta. (ECHA- Agencias)