BUENOS AIRES (Argentina).- Conformarse con entradas para la última fila de un estadio de fútbol suele ser el tormento de los fanáticos, pero la inteligencia artificial (IA) evoluciona y, tanto para su disfrute como para mejorar el desempeño de los deportistas, en Argentina constituye una apuesta que se pone en valor a raudales.
Si a una hincha del Boca Juniors le dijesen que puede ver las jugadas de Carlos Tevez o seguir las indicaciones que Guillermo Barros Schelotto brinda desde el banquillo en su teléfono móvil no lo creería posible desde tal lejanía y, sin embargo, cada vez está más cerca gracias a las tecnologías implantadas en los estadios.
Así lo hizo ver el equipo de Microsoft Argentina en un encuentro con la prensa esta semana, en el que hablaron de sensores, instalación de cámaras, seguimiento por video, utilización de GPS y otras herramientas que cambian la forma en la que se consume el deporte y se planifican las estrategias.
«El deporte de alta competición está viviendo en los últimos años un cambio gigantesco en la manera y la especificidad que cada deportista se prepara. Entender, por ejemplo, a partir de como duerme, qué tipo de entrenamiento tiene que tener», comentó el director de Tecnología y Filantropía de la firma, Jorge Cella.
De esta manera, Cella habló de que la IA no solo está dirigida a la mejora de infraestructuras y a la experiencia personal de los entusiastas, sino que cada vez se acude más a los algoritmos para definir una estrategia innovadora.
Ya se ponen en práctica estudios personalizados con sensores que funcionan vía GPS implantados en chalecos que portan los jugadores y las jugadoras para medir sus constantes, la velocidad a la que se desplazan, la fuerza con la que reciben impactos y otras variables que, posteriormente, permiten crear análisis detallados de juego.
«Trabajamos no solo para que ganen sino para que no se lastimen, para que puedan rendir más», explicó Cella, que atribuye al conocimiento exacto de esos factores el «éxito» en el deporte.
Bien es sabido que el fútbol es el deporte más venerado por la población mundial, y de ahí que los avances más inmediatos se conozcan en este campo, sobre todo teniendo en cuenta que estas técnicas ya se utilizan en equipos de la talla del Real Madrid y en su estadio, el Santiago Bernabeu.
El responsable del área de sistemas del equipo argentino Rosario Central, Federico Massa, es consciente de esa idea y por ello reforzó una «apuesta fuerte en tecnología» para su club, porque entiende que «al corto plazo va a llevar mucha ventaja entre los clubes que estén fuertes en tecnología y los que no».
No obstante, la IA es mucho más discreta de lo que aparenta. Parece que cuando se habla de esta tecnología se hace referencia a robótica avanzada y software al alcance de unos pocos, pero el análisis de datos y las interconexiones forman parte del deporte desde hace décadas.
Y un ejemplo muy claro es la Fórmula Uno, cuyos vehículos experimentan actualizaciones constantes y donde las carreras se definen en gran parte por las simulaciones previas por ordenador y las predicciones con base a datos.
En el rugby, sin ir más lejos, las potencialidades que ofrece la IA diversifican sus estrategias, tal y como admitió en la presentación el responsable de Tecnología de la Unión Argentina de Rugby (UAR), Manuel Heredia.
«Para nosotros es el activador de montón de cuestiones que puede ayudar en otras áreas», dijo Heredia. Con la tecnología de Microsoft su administración y la comunicación con sus socios y socias mejoró, pero la IA les permite ir más allá e incluso definir cuando uno de sus jugadores ha recibido demasiados golpes.
Mientras el mundo digital evoluciona en torno a todos los ámbitos, este no puede ser la excepción. Es por eso que el deporte está ya a mitad del salto tecnológico que llevará a cada exhibición deportiva a las pantallas de entrenadores y entusiastas, que cada vez tendrán más perspectivas desde las que experimentarlo.
EFE/Naiara Bellio
⊕