BUENOS AIRES.- La ex presidenta Cristina Fernández declaró por escrito y habló durante casi dos horas en el despacho del juez Claudio Bonadio, pero no respondió a las preguntas por supuesto encubrimiento de iraníes en el caso AMIA.
El diario La Nación informó que la exmandataria se cruzó con Bonadio unos diez minutos en el juzgado pero no se dirigieron la palabra.
La exmandataria llegó a los tribunales en un Chevrolet Prisma blanco e ingresó al edificio por el subsuelo, bajo un estricto operativo de seguridad. Subió al cuarto piso, donde se encuentra el juzgado, que en una de sus alas fue blindado al público por la Policía Federal.
Fotos: Diario Clarín
Luego de que los secretarios le describieran a la ex presidenta los hechos que se le imputan, la mandataria se dispuso a hablar y se hicieron presentes Bonadio y el fiscal del caso, Eduardo Taiano.
El fiscal saludó a los presentes con la mano. El juez hizo un saludo general: «Buenos días». Pero no obtuvo respuesta de Cristina, que continuó con su declaración.
Aunque la presidenta no miró a Bonadio a la cara, tuvo tiempo para enviarle un mensaje al juez en la misma indagatoria.
Remarcó que en ese momento estaban alegando los fiscales en la primera causa por encbubrimiento a la voladura de la AMIA y señaló que el juez fue parte de aquel encubrimiento.
«Cristina dijo que esta causa en la que ella está imputada también es en realidad parte de aquella maniobra encubrimiento», señaló a La Nación uno de los testigos de la declaración.
Pasados unos quince minutos, en los que permaneció parado por la falta de espacio en el despacho, Bonadio se retiró del lugar. Concluida la declaración, los secretarios le leyeron a Cristina la versión taquigráfica de sus dichos.
Pero la ex mandataria no se quedó conforme, y en varios tramos reclamó que se modifiquen algunas palabras, incluso que se corrijan errores de ortografía.
La ex presidenta hizo hincapié en varios puntos de su escrito y aseguró que existieron tres factores que condujeron el memorándum: que la Argentina no permite juzgar en ausencia, que Irán no habilita la extradición de sus ciudadanos y que las circulares rojas de Interpol no obligan a los países a detener a los acusados. (ECHA- Agencias)