Argentina: Inflación anual llegó al 47,6%, la más alta registrada desde 1991 (VIDEO)

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BUENOS AIRES.- Los precios en Argentina subieron el 2,6% en diciembre, situando  la inflación anual de 2018 en el 47,6%, la cifra más alta registrada desde 1991 y arroja una gran sombra de duda sobre la capacidad del gobierno para cumplir su objetivo de una inflación del 23% en 2019.

Mauricio Macri afirmó, durante la campaña electoral que le llevó a la presidencia a finales de 2015, que la inflación era la prueba de la incapacidad de los gobernantes de un país, al referirse a  las alzas de precios que caracterizaron el final del mandato de Cristina Kirchner.

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 Macri heredó una inflación algo superior al 20% anual. En 2016 no hubo datos oficiales por la llamada «emergencia estadística». En 2017 subió hasta el 24,8%. Y en 2018 estalló, acompañada de una crisis cambiaria respecto al dólar y de un déficit comercial que obligaron a pedir auxilio al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Argentina y Venezuela, un caso extremo, son los únicos países latinoamericanos con los precios fuera de control.

Para Argentina se trata de un problema crónico desde 1945, cuando las mejoras sociales del peronismo se financiaron con la impresión de billetes. En las décadas siguientes, con ocasionales excepciones (como la paridad del peso con el dólar establecida por Carlos Menem, que provocó deflación y concluyó en un colapso económico), el déficit fiscal ha llevado a recurrir de forma habitual a los talleres de impresión del Banco Central.

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Los precios han ido casi continuamente hacia arriba, y el peso, hacia abajo.

El  gobierno de Macri suavizó su objetivo de inflación para el año, del 12% al 15%, en nombre de su política de «ajustes graduales». La devaluación dio alas a la inflación. La deuda externa del Estado volvía a ser peligrosamente elevada (ahora se acerca al 80% del Producto Interior Bruto, el doble de cuando Macri asumió la presidencia)-

El déficit comercial era rampante y en mayo, con los mercados financieros internacionales cerrados ante las demandas de Argentina, no hubo más remedio que recurrir al FMI y aplicar un ajuste recesivo. En septiembre fue necesario conseguir del FMI un aumento del préstamo, de 50.000 a 57.000 millones, y una mayor presteza en las entregas.

A partir de ese momento, el banco central aplicó una política de intereses altísimos, de hasta el 70%, y emprendió una retirada de pesos del mercado, con el fin de frenar la crisis cambiaria. Ese objetivo, por el momento, parece conseguido: el dólar se mantiene en torno a los 37 pesos. La consecuencia ha sido la recesión. Se estima que en 2018 la economía se habrá contraído un 2,5% y, si todo va bien, en 2019 sufrirá una nueva contracción algo más leve, del 2%. (ECHA- Agencias)

 

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