BUENOS AIRES (Argentina).- De acuerdo a un informe oficial, Argentina registró el año pasado una inflación del 53.8%, la marca más alta desde 1991, un fenómeno que en buena parte se explica por la fuerte apreciación del dólar en el mercado local y que el nuevo Gobierno busca controlar a través de medidas que van más allá de la política monetaria.
Según informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina, el mes pasado los precios al consumidor registraron una subida del 3.7% frente a noviembre último, cuando la inflación, con un alza del 4.3%, había dado indicios de una nueva aceleración.
De acuerdo al informe oficial, los precios de los bienes treparon el 58.4% en el 2019, con un alza del 56.8% en alimentos y bebidas, mientras que los precios de los servicios dieron un salto del 45.7%.
El informe del Indec deja ver que la escalada de los precios ha impactado con mayor fuerza en la región noreste del país, donde el incremento anual fue del 57.6%, mientras que la mayor variación puntual se dio en la región de Cuyo (oeste) y con el valor de los medicamentos, que prácticamente se duplicó en un año (+ 90.4%).
La subida del 53.8% acumulada el año pasado en Argentina supera la inflación del 47.6% registrada el 2018 y es la marca más alta desde 1991, cuando los precios al consumidor treparon un 84% tras la hiperinflación de 1989-1990.
Las severas turbulencias cambiarias desatadas en el 2018, que tuvieron su pico en abril y agosto de ese año, a las que siguió una fuerte depreciación del peso argentino luego de las elecciones primarias de agosto pasado fueron factores que aceleraron la inflación en Argentina, donde cualquier alza en la cotización del dólar se traslada rápidamente a todos los precios de la economía.
La alta inflación que registra Argentina se da en un contexto de recesión económica, con una caída en la actividad del 2.5% el 2018, y que se profundizó en el 2019, con una contracción que había sido del 2.8%, según cálculos privados.
La escalada de la inflación ha hecho mella en el poder adquisitivo de los argentinos ya que las actualizaciones salariales estuvieron por debajo de la trepada de los precios al consumidor.
De acuerdo a cálculos de la consultora privada Ecolatina, el salario real de la economía cayó en promedio 6.3% en el 2018 y se habría contraído un 8% el 2019.
La subida de los precios también tiene incidencia directa en los niveles de pobreza e indigencia, que, de acuerdo a los últimos datos oficiales disponibles, se situaron en el 35.4% y el 7.7%, respectivamente, en el primer semestre del año pasado.
Las cifras oficiales sobre la pobreza, correspondientes a la segunda mitad del 2019 recién se conocerán a finales de marzo, pero se descuenta un significativo incremento debido a que el valor de la cesta básica de alimentos y servicios, que marca la línea de la pobreza, acumuló en los primeros once meses del año pasado una subida del 47.5%.
El Gobierno del presidente Alberto Fernández, quien asumió la Presidencia argentina en diciembre pasado, ha advertido que llevará tiempo bajar la tasa de inflación anual a niveles de un dígito y sostiene que el problema no debe ser atacado solo con la política monetaria sino con una estrategia macroeconómica «integral».
Entre otras medidas, el nuevo Ejecutivo dispuso la congelación temporal de las tarifas de servicios públicos y relanzó un programa de precios de referencia para productos de consumo masivo.
Además, como parte de esa estrategia, la nueva Administración planea llamar a sindicatos y patronales a un «acuerdo social» que, entre otras variables, incluirá la de los precios y los salarios.
Las proyecciones de inflación para el 2020 (42.2%, según el promedio de las consultoras privadas que mensualmente consulta el Banco Central para su informe de expectativas) son algo menores que las del 2019, pero aún muy elevadas para una economía golpeada como la argentina.
Según la consultora Elypsis, si bien el precio oficial del dólar «deprimido» por los controles cambiarios «viene conteniendo muchos precios, el año nuevo arranca con presiones en diversos frentes», entre ellos, los alimentos de la canasta básica, que volvieron a tributar el impuesto al valor agregado.
«Al ritmo que vienen subiendo los precios, y en las condiciones actuales de una economía más controlada en el frente cambiario, estimamos que el 2020 se mueva con una inflación anual de 43.8%», apuntó la consultora.
EFE/Natalia Kidd
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