BUENOS AIRES (Argentina).- La Policía de la capital se ha enfrentado con gases lacrimógenos y cañones de agua a cientos de simpatizantes de la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández, en unos incidentes que han dejado por ahora un número no especificado de heridos y detenidos, según informan los medios argentinos.
Los enfrentamientos comenzaron cuando los simpatizantes de Fernández de Kirchner empezaron a derribar las vallas que rodean su domicilio en Recoleta (Buenos Aires) colocadas por la Policía para contener las manifestaciones a su favor tras la petición del fiscal Diego Luciani, que ha solicitado para ella 12 años de cárcel por varios presuntos delitos de corrupción.
La televisión pública argentina ha informado de al menos cuatro detenidos mientras el diario Clarín notifica cinco policías heridos por la carga de los simpatizantes de Kirchner, a la espera de la verificación oficial.
Kircher había protestado a través de un mensaje publicado en su página web la imposición de estas vallas, cuyo derribo ha sido confirmado por periodistas de Clarín en el lugar de los hechos.
Para la vicepresidenta, las vallas ordenadas por el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta quieren «prohibir las manifestaciones de amor y de apoyo absolutamente pacíficas y alegres, que tienen lugar ante la ya inocultable persecución del partido judicial» de la que la mandataria entiende que es objeto.
El gobernador bonaerense, Axel Kicilof, cuestionó la decisión del gobierno de Larreta de vallar las inmediaciones del domicilio de Kirchner. «El señor Larreta tiene que retirar de manera inmediata los vallados y dejar que la gente se manifieste», ha hecho saber.
El fiscal considera a Fernández de Kirchner responsable de un supuesto entramado ilegal para defraudar al Estado mediante la concesión de obras públicas en Santa Cruz.
Kirchner ha negado durante mucho tiempo haber actuado mal y calificó el caso de persecución política. El presidente argentino, Alberto Fernández, le ha mostrado su apoyo junto a otros líderes de la región, como el colombiano Gustavo Petro y el boliviano Luis Arce, quienes han condenado que este «acoso» obedece a un interés por «sepultar» sus ideas políticas.
Fuente Europa Press / foto Twitter
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