BUENOS AIRES.- El gobierno del presidente argentino Mauricio Macri enfrentará este jueves la primera huelga general convocada por el poderoso movimiento sindical en un contexto de fuerte efervescencia social.
La medida fue convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), la central sindical más grande del país, contra la política económica del gobierno en momentos en que la actividad industrial acumula 12 meses de caída, el consumo no repunta y la tasa de desempleo alcanzó 7.6% a fines de 2016, sumado a una pobreza del 30%.
«Esperamos una jornada de apoyo contundente», señaló Héctor Dáer, uno de los líderes de la central obrera, en una entrevista radial tras confirmarse la adhesión de todos los sindicatos de transporte público.
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«Toda la vida (la CGT) ha tenido una actitud poca solidaria con el gobierno que no ha sido de su propio palo», opinó Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, quien anunció que desplegará a todas las fuerzas federales para impedir bloqueos a los accesos a la ciudad de Buenos Aires y garantizar así la circulación de trabajadores que se movilicen por sus propios medios.
«Para nosotros mañana hay un paro totalmente, en nuestra perspectiva, ilegítimo y sin sentido. Hay mucha gente que está planteando darle batalla a ese paro, una batalla de decir: ‘a mí no me van a hacer parar a la fuerza»’, agregó.
Varios funcionarios apuntaron contra la expresidenta Cristina Fernández (2007-2015) de agitar la protesta justo en coincidencia con nuevos cargos en su contra por presunta corrupción.
No obstante, ninguno de los dirigentes de la CGT milita en el kirchnerismo, sino en otras corrientes dentro del peronismo.
Con la huelga, de acuerdo a la visión oficial, también se busca desgastar la figura presidencial de cara a las elecciones legislativas de octubre.
El gobierno eligió la estrategia de confrontar con el sindicalismo más tradicional, al que ve como un obstáculo para aplicar reformas profundas en la economía, y cree contar para ello con el respaldo de la mayoría de la población.
Los sindicalistas, en cambio, alertan sobre el impacto en el empleo y en las condiciones de vida de los sectores más vulnerables que provocó el cambio de una política económica de tinte populista que caracterizó al gobierno kirchnerista hacia un modelo de mayor apertura y menos control del Estado sobre el mercado. (ECHA- Agencias)