BUENOS AIRES.- Un nuevo Código Civil y Comercial empezó a regir hoy en Argentina después de 144 años de vigencia de la legislación anterior, con importantes modificaciones en la vida cotidiana de los argentinos en aspectos como el matrimonio, la adopción y los contratos.
Aprobado en octubre del año pasado por el Congreso del país, el Código une ahora bajo un mismo texto el derecho civil y el comercial.
Aspectos como el matrimonio, la adopción y los contratos comerciales son algunos de los ámbitos en los que habrá importantes cambios con la nueva norma.
El Código introduce también modificaciones en materia de reproducción asistida, la responsabilidad parental y protección de consumidores e indígenas.
La legislación no distinguirá ahora entre el sexo de quienes contraigan matrimonio y simplifica el trámite de divorcio, que a partir de hoy puede ser pedido por cualquiera de los cónyuges sin invocar una causa.
«La puesta en vigencia del nuevo Código Civil y Comercial representa un gran avance y cambio en nuestras relaciones sociales, tal el caso del nuevo régimen de adopción, el reconocimiento de las uniones convivenciales, el divorcio abreviado y la voluntad procreacional», sostuvo Esteban Paulón, presidente de la Federación argentina de lesbianas, gais, bisexuales y trans.
«Sin embargo, no podemos dejar de señalar los aspectos pendientes en este texto, muchos de los cuales quedaron en el camino por la presión de la Jerarquía de la Iglesia católica sobre el Congreso», agregó.
Uno de los puntos que han sido polémicos desde el debate parlamentario sobre la nueva legislación es la definición del carácter de persona para los embriones, lo que incluye a aquellos concebidos «in vitro».
También hay cambios en el momento de inscribir el nombre de una persona, que no puede tener más de tres nombres, y no puede ser el de un hermano vivo.
Aunque no se admiten nombres extravagantes, el Código nuevo respeta los términos «aborígenes o derivados de voces aborígenes autóctonas y latinoamericanas».
El trámite de adopción también es más simple y priorizará el interés del menor sobre el de los adoptantes.
Para Florence Bauer, de Unicef Argentina, «es muy positivo el cambio en la norma de adopción, porque protege el derecho de niños, niñas y adolescentes a vivir y desarrollarse en una familia que los cuide y satisfaga sus necesidades afectivas y materiales».
Según Bauer, la nueva legislación «aporta mayor transparencia y celeridad en los procesos de adopción, respeta el derecho a la identidad y a conocer los propios orígenes, busca preservar los vínculos familiares al agotar las posibilidades de permanencia en la familia de origen o ampliada y priorizar la adopción conjunta de grupos de hermanos».
En cuanto al terreno comercial, el código cambia las formas de contratación, al incluir regulaciones para los contratos realizados por medios electrónicos y considerarlos «celebrados fuera de los establecimientos comerciales».
Otra de las novedades es la protección de los derechos del consumidor ante contratos estandarizados de seguros, bancos y empresas de medicina prepagada, así como de cláusulas abusivas y publicidad engañosa.
El nuevo código también introduce el respeto a los usos y costumbres de los pueblos originarios y regula la propiedad comunitaria indígena.
Sin embargo, la implementación del Código Civil y Comercial provocó también que el expresidente del Colegio Público de Abogados de la ciudad de Buenos Aires Jorge Rizzo, enviara el jueves pasado una nota al gobierno argentino para que se suspenda la puesta en marcha de la nueva legislación.
«Se trata de un Código elaborado por jueces el que les deja una gran discrecionalidad, afectando la seguridad jurídica de todos los habitantes de la Nación», sostuvo Rizzo en la carta. EFE
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