BUENOS AIRES.- El vicario judicial Dante Simón, designado por el Vaticano para investigar los abusos sexuales de tres sacerdotes contra niños sordos en la provincia Mendoza , viene prestando su testimonio ante la fiscalía.
El religioso, investigar la verosimilitud de las denuncias en el Instituto Próvolo, , negó días atrás ante la prensa que la Iglesia quiera proteger a los curas Nicola Corradi y Horacio Corbacho y a la monja Kosaka Kumiko, detenidos por distintos abusos cometidos hace al menos diez años.
El vicario judicial fue llamado a declarar ante el Ministerio Público a pedido de abogados de varias de las presuntas 20 víctimas. Se desconoce cuánto durará su declaración como testigo.
El vicario judicial, Dante Simon, fue designado por el Vaticano para investigar la denuncias de abusos sexuales perpetradas por tres curas pedófilos a niños sordos del Instituto Próvolo.
“Si alguien me dice que yo fui a cubrir (a los acusados), además de ofender y no probar lo que está diciendo, yo tendría que ser procesado por no cumplir lo que la iglesia manda, que es la tolerancia cero”, señaló Simón, vicario judicial en el arzobispado de la provincia de Córdoba.
El sacerdote cuestionó que tuviera que declarar como testigo al señalar que no conocía bien las denuncias y que está en una “fase preliminar” de la pesquisa.
El vicario permanecerá la semana en Mendoza, 1,190 kilómetros al oeste de Buenos Aires, para procurar entrevistarse con las presuntas víctimas. En marzo visitó y habló con los curas detenidos.
La monja japonesa, Kosaka Kumiko, fue acusada de encubrir los abusos perpetrados por tres sacerdotes pedófilos contra niños sordos en la provincia argentina de Mendoza.
“Si veo un solo hecho (de abuso) voy a informar y que proceda la santa sede”, agregó Simón. La máxima pena canónica para los abusos es la supresión del estado clerical.
El escándalo en el Provolo se destapó en 2016 cuando una adolescente denunció presuntos abusos sufridos cuando era una niña. A partir de entonces se sucedió una avalancha de denuncias en contra de Corbacho, de 55 años, Corradi, un cura italiano de 82 años que fue el único beneficiado con prisión domiciliaria, y los exempleados del centro.
En los últimos días también quedó bajo arresto la monja japonesa Kumiko, acusada de haber facilitado y consentido las presuntas violaciones perpetradas por Corbacho y Corradi, quien ha sido denunciado por los mismos delitos en Italia.
Sergio Salinas, abogado querellante, dijo a la AP que Simón debería haber estado al tanto de los antecedentes de Corradi y “dónde estuvo la monja Kumiko” cuando estuvo prófuga un mes antes de entregarse a principios de mayo a la justicia mendocina. (ECHA- Agencias)