Armando Leveau Guzmán es en esencia aliancista hasta los huesos, un espécimen único en el pueblo blanquiazul a juzgar por su extendida pasión por los colores del once victoriano.
Cercano a la Plaza San Martín queda su oficina, en el jirón Carabaya, donde no hay espacio disponible para colocar alguna pieza por la recargada y apapacho al que ha entregado su vida para ganarse a pulso ser el “historiador” de Alianza Lima.
Afiches, libros, fotos, recuerdos, esculturas y demás enseres forman parte de la coreografía de una oficina que invita un viaje con recorrido corto en más de 100 años de existencia del club victoriano.
Leveau dice que el momento que se vive en Matute dista a la forma cómo los aliancistas disfrutaban las tardes en el estadio Alejandro Villanueva.
¿Qué ha cambiado?
Dice que se acopla tres elementos bien definidos: El equipo. Los hinchas y los ex jugadores del glorioso pasado. Algo así como la “Santísima Trinidad”, refiere mientras limpia sus espejuelos con una franela que guarda en un cajón del escritorio donde se sumerge diariamente. Cuando no está en la oficina, está en su casa y el resto del tiempo en Matute.
Leveau dice que el comportamiento del hincha es distinto, disfruta lo que espera encontrar. ¿Qué cosa? Una fiesta en las tribunas, nada se aguarda, aflora el cariño a la institución y hasta los fuegos artificiales se contagian para fusionarse con el sentimiento de los íntimos.
¿El tricampeonato es un anhelo exagerado?
-No es un sueño, se acerca a la realidad. El equipo ahora con el nuevo técnico Mauricio Larriera busca encontrar una idea de juego para ser sólido en ataque y compacto en defensa.
Leveau tiene reservado un espacio para el trofeo que dio a Alianza Lima como ganador del Torneo Apertura 2023. Se para por primera vez del asiento y mira la réplica que tiende el puente para lograr el tricampeonato.
Texto y fotos: Hugo Laredo Medina/ Crónica Viva
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