LIMA.- Asumir la cultura machista es el mayor problema de las mujeres peruanas. Así se expresa Gloria Montenegro, ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables de Perú y la cabeza visible del gobierno en la lucha por la igualdad y la justicia de género en un país donde ese concepto aún cuenta con muchos enemigos.
Montenegro (Huánuco, 1956), trató en una entrevista con Efe la problemática de las iniciativas que abogan por la equidad, las dificultades de las peruanas en la vida política y el papel de los medios de comunicación como agentes centrales a la hora de impulsar y sensibilizar a la población en un asunto «estructural» como la igualdad.
La existencia de «otro equipo» que presiona en contra de la igualdad, con argumentos irracionales apoyados en grupos de poder y de interés económico, y que en el fondo «se atacan a sí mismos» y al bienestar del conjunto de los ciudadanos también formó parte del diálogo.
Pregunta: ¿Qué se puede hacer para que el concepto de la igualdad de género se consolide en la población peruana?
Respuesta: Hay tres elementos clave. El primero es que no se puede trabajar un tema estructural tan importante para el país sin considerar a los gobiernos locales y regionales y sobre todo los centros poblados, que son lugares de pobreza y pobreza extrema.
Otro factor es que no se puede hacer nada si no educamos y eso tiene que ver en que se involucre todo el sistema educativo, no solo profesores y estudiantes, sino padres y familias, el entorno educativo al completo.
Y el tercer elemento clave, vital, son los medios, que saben comunicar, que ayudan con los mensajes, que nos anticipan las zonas de riesgo, que nos informan de casos donde hay que estar presentes.
P: ¿En qué fallamos los medios de comunicación a la hora de tratar los temas de género?
R: Hay varios factores, uno que tenemos todavía gente que sigue con la cultura machista, que no la evidencian en sí mismos, pero sí las respuestas que ofrecen, por el fijarse en estereotipos, por tratar siempre de liberar al machismo de la culpa.
Este es un tema donde todos nos tenemos que capacitar: agentes de Policía, la Fiscalía, el Poder Judicial, los medios, las iglesias…
P: ¿Por qué existe tanta agresividad en Perú hacia el denominado enfoque de género?
R: Falta comunicación, comprensión y entendimiento. Hay que comprender que el feminicidio no es que un hombre mata. Mata el sistema machista, patriarcal, la estructura que hizo común en los hogares que el niño tenga privilegios sobre las niñas.
El enfoque de género tiene que ver con cosas tan positivas para el desarrollo de un país como la igualdad de oportunidades, igualdad ante la ley, con un trabajo en iguales condiciones, una remuneración igual, con salud sexual y reproductiva, son varios factores, todos con una repercusión positiva muy importante.
No se puede pensar que por entrar en un enfoque de género se van a «homosexualizar» a los hijos. Por eso juega un rol el binomio hogar-escuela, junto con la sociedad y los medios de comunicación. Necesitamos medios educadores y comprometidos, porque no hay desarrollo sin desarrollo humano, y no hay desarrollo humano sin enfoque de género.
P: ¿Cómo se puede combatir al «otro equipo» que ataca la igualdad?
R: El otro equipo no solo está jugando, el otro equipo también son fuentes de poder con mucho dinero, que pretende normalizar una cultura que tenemos que cambiar. También tiene intereses políticos arraigados en Perú y Latinoamérica.
Hay que evidenciar ante la población qué hay detrás de eso y es vital que la población entienda y comprenda que tienen que saber tomar sus propias decisiones.
Es un tema de ciudadanía… Dicen que no quieren salud reproductiva, dicen que el enfoque de género homosexualiza a los jóvenes… pero cuando la gente descubre que es fundamental que los chicos conozcan su cuerpo porque hay que prevenir, saber y conocer, los propios chicos son nuestros voceros.
Son conscientes del daño que pueden hacer gentes dañinas y conspiratorias, porque detrás de ellos ¿qué hay? Carreras políticas, gente con intereses sumamente oscuros y apoyo detrás para hacer campañas valiosísimas y muy costosas. Tienen mucho dinero y habría que ver de dónde viene.
Pero lo mejor que hemos encontrado son las explicaciones en aula, el docente que tiene a cargo las mentes de los chicos, que sabe explicar el enfoque de género y la igualdad de oportunidades, que somos sujetos de derecho que tenemos que trabajar en unión, y los niños empiezan a dudar y se terminan riendo de esas críticas.
P: Desde su punto de vista, ¿cuáles son los mayores problemas que afrontan las mujeres peruanas y cuáles los mayores avances que están viviendo?
R: El principal problema es tener que asumir una cultura machista en los hogares. Esa cultura machista impide a las mujeres desarrollarse, ser profesionales y tener autonomía económica.
Una consecuencia grave que se deriva es que la mujer tiene que asumir el cuidado del hogar porque no tiene trabajo, y no tiene trabajo porque no terminó de estudiar, y no estudió porque salió en estado o el esposo dijo «dedícate tú a los chicos»… y ese es un vivir diario en Perú.
Otro problema es la sobrecarga de trabajo que se deriva de eso. Una mujer en la zona rural no solo cocina. Lava, plancha y ahora que el esposo entra en la mina, también trabaja en el campo, ¿y qué tenemos? Pues eso duele mucho porque se traduce en una realidad cruel, mujeres con bajísima participación en la política, con bajísima participación en puestos de toma de decisiones… y mujeres que regresan al agresor porque no tienen ingresos y en una mirada de silencio, de mejor no digo nada…
Cosas buenas están pasando. Cosas que antes eran normalizadas ahora vemos que la mamá lleva a la hija a denunciar. Antes se decía ‘no, cállate igual viví yo, hazlo por tus hijos, no rompas el matrimonio, va a ser peor’. Otra cosa que vemos son adolescentes empoderadas, dispuestas a sacrificar su sexualidad por un proyecto de vida.
P: Una solución puede ser una mayor presencia política de las mujeres en el país. ¿Por qué no hay más participación femenina en este campo? ¿Qué se lo impide?
R: El acoso político. El insulto más pequeño que tenemos (las políticas peruanas) es que nos digan prostitutas. Vivimos un acoso político diario. Es una lucha que roba mucha energía. Una tiene que tirar atrás los insultos y seguir fiel con tu trabajo, defender su espíritu y que nada te baje la moral.
Como consejo diría que hay varios factores a considerar. En primer lugar, (las mujeres) tenemos que prepararnos porque, cuando estás preparado, los argumentos son válidos sobre cualquier ataque y frente a cualquier acoso. Cuando uno va con la verdad por delante y con las cuestiones técnicas, no tienen con qué darte.
El acoso seguirá, ninguna ley lo va a cortar. Tenemos que seguir entrando en todos los terrenos. Me encanta ver mujeres en el fútbol y ver mujeres generales… En eso el mundo está cambiando y va a cambiar para bien.
EFE