PERTH/Australia.- Antes de abordar el avión con destino a la ciudad suiza de Basel, el científico David Goodall reiteró su desilusión por tener que viajar lejos de su país para someterse a una eutanasia, debido a la oposición de las autoridades de su país.
En una silla de ruedas y vistiendo un chaleco en el que se leía «envejeciendo vergonzosamente», el científico centenario viajó Bordeaux, Francia, para despedirse de algunos parientes, para luego emprender rumbo al que será su destino final, la clínica que le practicará una eutanasia.
«He apoyado la eutanasia voluntaria por muchos años y lamento tener que viajar a Suiza (…) Preferiría hacerlo en este país. Este país es mi hogar y lamento tener que irme muy lejos para acabar con mi vida», señaló el científico en el aeropuerto de Perth donde fue despedido por sus familiares.
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Aseguró que no siente dolor y que hasta hace poco vivió una vida «bastante buena» pero que el año pasado fue menos satisfactorio porque no podía hacer cosas, no podía trabajar, ni siquiera podía usar el transporte público»-
A pesar de que el científico no padece ninguna enfermedad terminal, sostiene que su calidad de vida se ha deteriorado y que no es feliz.
La asociación de defensa de la eutanasia Exit International respaldó su objetivo. «Todos los que lo desean deben tener derecho a una muerte digna y apacible», declaró la entidad en su página web. «Él es un hombre muy, muy viejo y obviamente ha tenido suficiente (…) Le deseo todo lo mejor en su último viaje», señaló Mark McGowan, primer ministro de Australia Occidental, sobre el caso. (ECHA – Agencias)