Según un informe del Banco Mundial, en los países en desarrollo, el tiempo medio de estudio entre 1950 y 2010 ha aumentado de dos a siete años, pero a pesar de esto muchos estudiantes no dominan las competencias básicas para desenvolverse en la vida.
A menudo, los niños visitan la escuela, pero realmente no estudian, dice el informe. El resultado es una baja calidad de la mano de obra, escribe el Banco Mundial. El problema no está ni siquiera en la falta de personal con educación, sino en la escasez de trabajadores, en principio, capaces de recibir formación.
Problemas más serios como conflictos militares en sus países, discapacidades, pobreza, hacen que a veces los niños simplemente no sean físicamente capaces de aprender. Como resultado, carecen de habilidades y de motivación.
Incluso si el país está en vías de innovación, como Corea del Sur, el resultado no está garantizado. Allá, según el documento, muchos estudiantes frecuentan cursos adicionales para prepararse para los exámenes.
En ciertos casos, es la resistencia de las autoridades locales y de los círculos de negocios los que son responsables de la falta de inversiones en educación.
¿Cómo solucionar el problema?
El Banco Mundial propone desarrollar un sistema nacional e internacional de evaluación basado no solo en los resultados de los estudiantes.
También se prevé tomar en cuenta la preparación de los niños para la escuela, las habilidades de los maestros, la calidad de la gestión de las escuelas, la adecuación financiera, y preparar a los niños para la escuela desde el nacimiento: ayudar a las madres con la nutrición, crear condiciones adecuadas para el aprendizaje en casa, desarrollar un sistema de guarderías, etc.
El problema general es que los niños de las familias pobres tienen menos posibilidades para adquirir competencias complejas e ingresar en la universidad. Además, cuanto peor sea la formación en una etapa, más difícil resulta dominar la siguiente fase de educación.
Además, el ente considera necesario aliviar la carga financiera delos padres de los escolares, como puede ser mediante comidas escolares gratuitas y desarrollar cursos especiales de capacitación para aquellos que ya han abandonado la escuela y que carecen de las habilidades y conocimientos necesarios para desenvolverse en su vida profesional.
También es necesario mejorar la calidad de la formación docente, según el Banco Mundial, para motivarles a enseñar no solo a los estudiantes fuertes, sino también añadir clases de apoyo para los más rezagados, así como incentivar y premiar a los maestros por el buen rendimiento. Es necesario vigilar el uso de los recursos asignados a la educación así como llamar la atención de las autoridades y las escuelas sobre la forma en que los maestros se comunican con los estudiantes. (Agencias)