Bayern Múnich no sabe negociar con el fracaso y contrariamente le da amplitud a su severo rigor con los títulos, como el logrado en Lisboa ante PSG, al sumar su sexta Champions League.
Detrás del aplastante logro muniqués está Hans–Dieter Flick, el entrenador que se hizo cargo cuando parecía que el Bayern Múnich estaba acabado como fuerza europea.
Con el 8-2 a Barcelona para el triste epílogo de Lionel Messi con el equipo catalán, los antiguos jugadores del Bayern recordaron la época cuando Flick era jugador y ponía agresividad, dureza y practicidad, justamente la cultura del equipo para el logro de sus mejores hazañas.
Esa cultura del Bayern se tradujo en muy poco tiempo en una fuerza demoledora contraria a la flaqueza que mostró Niko Kovac a quien Hans-Dieter Flick sucedió en la conducción del equipo.
En realidad era muy arriesgada la decisión para darle las riendas a un entrenador que durante ocho años estuvo a la sombra de Joachim Low, un entrenador peldaño más abajo en Alemania.
Sin embargo todos se equivocaron y este Bayern trabajado con mística y mucha paciencia rinde su mejor expresión con Lewandowski, Davies y Serge Gnaby donde Manuel Neuer tiene un lugar en este arrollador equipo alemán que en el estadio de La Luz en Lisboa, alertó al mundo para acomodarse como la mejor expresión futbolística en el viejo continente.
Bayern Múnich sabe jugar torneos como la Champions League, un certamen de fortaleza y curtida experiencia para lidiar contra los clubes más poderosos y habría que darse cuenta que jugaban Liverpool, Real Madrid, Atlético de Madrid, Manchester City, todo el linaje europeo. Para tomar en cuenta la dificultad para sostenerse en entre los aspirantes y finalmente conseguir la ‘orejona’.
En la última batalla contra PSG, el Bayer Múnich fue un equipo frío y no tan frontal como lo hizo ante Barcelona. Había que ser cauto y no arriesgar un descuido contra un rival que maneja los claros y los pelotazos largos. Mbappé, Neymar, Di María y Thiago Silva se impongan con su fútbol supersónico que desaira a cualquier defensa.
Esa actitud ofensiva se manejó con cierta estructura defensiva para evitar que Neymar y compañía estén cómodos en la cancha y aprovechar la única ocasión de gol que llegó por intermedio de Kingley Coman para vencer a Navas y asunto concluido. (Hugo Laredo Medina),