La BBC Mundo publicó hoy una amplia nota en la que recuerda la historia de La Perricholi, uno de los personajes más recordados del virreinato de Perú.
En su honor, se han escrito poemas, dramas y novelas, se han filmado series de televisión y películas, y se han construido numerosas leyendas, recuerda el influyente medio de comunicación británico.
«La excusa principal para la creación del mito es el conocido romance que mantuvo con el virrey Manuel de Amat y Juniet, 44 años mayor que ella. Pero detrás de la protagonista de un escándalo amoroso en el siglo XVIII, existe un personaje histórico», refirió.
Indicó que su verdadero nombre era Micaela Villegas y fue una mujer trabajadora y empresaria, que amasó una respetable fortuna y desafió las convenciones de su época.
«Hay que distinguir entre el personaje histórico y esta suerte de ícono o símbolo que se creó a partir de La Perricholi», dijo Magally Alegre, profesora de Historia de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), a BBC Mundo.
Su historia y leyendas
Micaela Villegas Hurtado de Mendoza nació en 1748 en una familia criolla (descendiente de españoles) en Lima.
«Ricardo Palma popularizó la creencia de que el virrey Amat mandó a construir los edificios más hermosos de la época en Lima en honor a La Perricholi. Desde que era muy joven, trabajó como actriz y cómica en el llamado ‘Coliseo de Comedias’ de Lima y sus interpretaciones la llegaron a hacer muy famosa en el virreinato.
Señalan que investigaciones históricas dan cuenta de que La Perricholi y el virrey vivían su romance a la vista de todo el mundo y que la nobleza limeña no respetaba a Micaela, por opacar a las mujeres de clase alta.
La imagen de la pareja que muchos peruanos mantienen hasta hoy proviene en gran parte de las «Tradiciones Peruanas», un libro de ficción clásico del siglo XIX, que recoge anécdotas de la cultura popular.
El capítulo que les dedica Ricardo Palma, el autor, se llama «Genialidades de la Perricholi», y presenta a Villegas como una mujer impulsiva y caprichosa, y al virrey, como un hombre sometido a los antojos de la dama, indica.
«La historia cuenta que el apelativo de ‘Perricholi’ nació debido a que cuando peleaba con el virrey, este la llamaba ‘Perra, chola’, pero que con su acento catalán sonaba ‘Perri, choli’. Más tarde, investigaciones históricas desmintieron esta versión literaria, aunque no aclaran del todo el origen del nombre», señaló BBC Mundo.
Las «Tradiciones Peruanas» también popularizaron la idea de que Amat construyó algunos de las obras arquitectónicas más bellas de aquella época en Lima, como la Alameda de los Descalzos y el Paseo de Aguas, en honor a La Perricholi, acotó.
«Pero estas leyendas solas -y la censura y fascinación que generan- no fueron la única razón por la que la figura de la Perricholi persiste en la memoria peruana hasta hoy», puntualiza.
La profesora Alegre, de la PUCP, explica que «criticar a la Perricholi y representar al virrey como un hombre sometido a los caprichos de esta, de una mujer, le restaba autoridad política».
«Veían a Amat como una figura que no tomaba decisiones por sí mismo, sino que estaba sometido a la voluntad de […] alguien que no debía tener poder, una mujer», agregó la docente.
Sin embargo, el romance entre La Perricholi y Amat continuó hasta 1776, año en que este último volvió a España.
La pareja llegó a tener un hijo: Manuel Amat y Villegas, que nació en 1769. En 1821, Amat y Villegas fue uno de los firmantes del acta de independencia de Perú.
«Una de las leyendas que circulan sobre el romance entre Amat y La Perricholi, es que el virrey le regaló a su amada esta mansión, conocida como la Quinta de Presa. Sin embargo, el inmueble perteneció a otras familias de la época.
Después de la partida del virrey, La Perricholi continuó su vida. Tuvo una hija con alguien llamado Martín de Armendáriz y luego se casó en 1795 con Vicente Fermín Echarria».
Empresaria
Además, empezó a dirigir el Coliseo de Comedias, lo que la convirtió en lo que hoy sería una empresaria teatral, indicó Alegre.
Con el dinero que ganó en este puesto, compró un molino y lo convirtió en uno de los principales de la ciudad.
Cuando murió en 1819, La Perricholi poseía una respetable fortuna y bienes valorados en 72,000 pesos de aquella época, según los historiadores.
«Yo creo que esto es lo que vale la pena destacar del personaje histórico más allá del mito», opina Alegre.
Fuente: andina.pe/Foto: lucidez.pe