BRUSELAS.- La aparición de un falso “terrorista suicida”, con un «cinturón de explosivos», cerca del mayor shopping de la capital belga, movilizó a decenas de policías y el ministro del Interior Jan Jambon, suspendió su agenda ante la “emergencia”.
La movilización empezó poco antes de las 6 de la mañana, un hombre llamó a una comisaría para denunciar que lo secuestrado en un coche, le habían colocado un cinturón con explosivos que no podía quitarse y que los explosivos podían activarse a distancia.
El hombre dijo a los policías dónde estaba: cerca del mayor shopping de Bruselas, el “City2”, que ya apareció en las últimas semanas como posible objetivo terrorista.
Los policías comprobaron lo que a simple vista parecía en efecto un cinturón explosivo por lo que se estableció un perímetro de seguridad de cientos de metros, se pararon los colectivos y la estación de subte cercana y se llamó a los artificieros y a las fuerzas especiales de la Policía.
Con la ayuda de un robot, los artificieros retiraron el cinturón al hombre y comprobaron que los supuestos explosivos eran una mezcla de galletas y sal atravesada por unos cables y conectada a un celular.
Durante ese tiempo, el primer ministro Charles Michel había convocado un consejo nacional de seguridad y el Centro de Evaluación de Crisis mantuvo una reunión por si tenía que elevar el nivel de la alerta antiterrorista hasta el máximo, como ya hizo en noviembre del año pasado paralizando la ciudad durante cuatro días.
El hombre detenido, identificado sólo como “J.B.” resultó ser un viejo conocido de la Policía de Bruselas que había sufrido problemas psiquiátricos. Hace unos meses se puso en contacto con la Policía para denunciar que alguien quería que viajara a Siria para unirse al ISIS.
Tras la falsa alerta, el ministro del Interior Jan Jambon pidió que no se ceda a la psicosis “pero cuando alguien habla de un cinturón con una bomba hay que tomar los hechos en serio”. (ECHA -Agencias)