Después de años de explorar nuevos caminos narrativos, Black Mirror regresa más fiel que nunca a su esencia original: ese inquietante espejo negro que refleja nuestros miedos más íntimos en una era dominada por la tecnología.
La séptima temporada, que ya está disponible desde este 10 de abril en Netflix, promete llevarnos de vuelta a lo que hizo de esta antología una de las más adictivas, provocadoras e inolvidables de la última década.
Esta nueva entrega marca un antes y un después: no solo contiene el primer episodio secuela en la historia de la serie (una continuación del aclamado USS Callister), sino que también mezcla emociones a flor de piel, humor negro y un regreso al scifi psicológico que hizo a más de un espectador apagar su celular al terminar un capítulo.
Una temporada para ver… y no volver a ser el mismo
La temporada 7 no solo es un evento televisivo, sino una experiencia emocional y filosófica. Con seis episodios que exploran desde la vida después de la muerte digital, el poder de los recuerdos y los peligros de las narrativas románticas idealizadas, hasta interrogatorios que cruzan la línea entre realidad y videojuego, esta temporada no deja indiferente.
Charlie Brooker, creador de la serie, advierte:
«Algunos episodios serán profundamente desagradables, otros muy divertidos y otros… sorprendentemente emotivos.»
Una declaración que refleja el espectro emocional que ofrece esta entrega, que vuelve a esa mezcla perfecta de incomodidad e introspección que solo Black Mirror sabe provocar.
Destellos de lo que verás:
Una vida suspendida por una tecnología con costo existencial (Common People).
Reencuentros que despiertan oscuros secretos (Bête Noire).
Realidades que se confunden con ficciones románticas (Hotel Reverie).
Videojuegos, crimen y verdades inesperadas (Plaything).
Recuerdos fotográficos que reviven el pasado (Eulogy).
Y el regreso triunfal de la tripulación del USS Callister, ahora con nuevos retos en el espacio infinito.
Foto Netflix.