MIAMI/Estados Unidos.- Una débil recuperación con presencia de riesgos que pueden debilitarla todavía más es lo que Bloomberg Intelligence vislumbra en el panorama económico de América Latina para este año y el próximo.
Felipe Hernández, economista para América Latina de la consultora, destacó hoy en declaraciones a Efe que el único viento con fuerza para impulsar una recuperación más solida proviene de la política monetaria.
Ni los factores externos ni los precios de los bienes básicos ni las políticas fiscales soplan a favor de un fortalecimiento del crecimiento, señala.
Hernández destaca como señales positivas que en términos generales la inflación, que llegó a estar en niveles «bastante altos» desde fines del 2015 en países como Brasil, ha venido descendiendo y la tasa de cambio de las monedas latinoamericanas frente al dólar ha mejorado.
Eso ha traído una bajada de las tasas de interés en algunos países, como Brasil, Chile, Colombia y más recientemente Perú.
Todo esos factores en teoría deberían contribuir a acelerar el crecimiento de la economía y de la demanda interna, señala.
Sin embargo, hay otros factores que apuntan en la dirección contraria y son la razón de que Bloomberg Intelligence sea menos optimista o «más precavida» que organismos con el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional en sus pronósticos para el 2018.
«Nosotros reconocemos que la peor parte de la crisis de bajo crecimiento ha pasado, pero tenemos dudas acerca de cuán rápida y cuán grande va a ser la recuperación», dijo.
Parte del relativo optimismo acerca de unas perspectivas económicas mejores en América Latina está fundamentada en factores externos, como un mayor crecimiento global.
Pero, señaló Hernández, en Estados Unidos y China, los principales socios comerciales de América Latina y por tanto los que tienen más capacidad de arrastrar a la región, no se ve un despegue.
La recuperación de Estados Ubidos continúa, pero el crecimiento es débil y en China la mayoría ve una desaceleración, aunque se cree que va a ser «ordenada».
Si se mira a las materias primas y bienes básicos lo que se ve es que en un plazo de 12 a 18 meses los precios se van a mantener como en la actualidad y no van a tener por tanto un papel importante en impulsar la economía en América Latina.
En términos de inversión y exportaciones los precios no van a ser un viento a favor de una recuperación más fuerte, agregó.
Además con unos precios así y una recaudación tributaria que crece a un ritmo «bastante bajo», «no hay espacio para una política fiscal expansiva», porque además los gastos crecen a un «ritmo mayor» que los otros indicadores.
Hernández indicó que el deterioro de las cuentas públicas es fácilmente visible en los informes de las calificadoras de riesgo. Brasil perdió el grado de inversión y el resto de las economías latinoamericanas de mayor tamaño está en al menos una de las listas de las tres calificadoras principales con perspectiva negativa.
En cuanto a México, un país que esta rezagado entre seis y doce meses en lo que tiene que ver con la tendencia general a una disminución de la inflación, Hernández indicó que hay riesgos añadidos a la recuperación que tienen que ver con Estados Unidos.
Es el país con mayor exposición a los cambios en las políticas económicas de EEUU y la incertidumbre en torno al Tratado de Libre Comercio de Norteamérica que el presidente Donald Trump quiere renegociar y otras medidas anunciadas ya está teniendo efectos negativos, específicamente una desaceleración del crecimiento de la inversión.
Sin embargo, el mercado se esta «acomodando» bien y «moderando» las preocupaciones y hay datos positivos en el plano de las exportaciones mexicanas, que crecieron un 9% en el primer trimestre del año.
EFE/Foto: bloomberg.com