El viceministro de Justicia, Roger Rodríguez Santander, negó hoy jueves que su sector tenga responsabilidad por los retrasos en la instalación de bloqueadores de celulares en penales, y señaló que la empresa encargada del proceso no está cumpliendo con sus estándares de calidad.
El funcionario brindó esa declaración en respuesta al pronunciamiento de la empresa Prisontec, que señaló que los estudios técnicos para completar el proceso en 33 penales, no fueron aprobados por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, y ello retrasa su labor.
Detalló que la mencionada empresa solo cumplió con presentar los estudios técnicos con estándares de calidad para la instalación de penales de Cañete y Huaral.
“Algunos estudios técnicos, efectivamente, no se han aprobado porque la empresa primero demostró trabajar con eficiencia, por eso hay conformidad con su labor en los penales de Cañete y Huaral, pero de pronto está relajando sus estándares y no podemos permitirlo”, precisó.
Según dijo, estudios técnicos presentados por la empresa no encajaban en los términos acordados en el contrato suscrito en el 2014, y que el ministerio está obligado a cautelar que este se cumpla escrupulosamente, en favor de los intereses del Estado.
En este contexto, anotó que los bloqueadores están a prueba en siete penales, y si presentan observaciones se deberá pasar por un arbitraje a cargo de técnicos especializados.
“Nuestra duda razonable es por qué la empresa ha variado la calidad de los equipos, tenemos derecho a pensar que puede ser por vocación legitima de ahorrar costos, pero esto no puede ser a costa del cumplimiento de estándares técnicos mínimos”, refirió.
Aclaró que la empresa no está impedida de iniciar operaciones en los penales de Chiclayo y Trujillo, donde operan bloqueadores instalados por el sector Interior.
Finalmente, manifestó que se pueden buscar soluciones para no detener el proceso, y puso como ejemplo la posibilidad de apagar los bloqueadores colocados en el 2013 para ejecutar las pruebas del caso, a fin de no llegar al extremo de desinstalarlos.
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