MADRID/España.- El Banco Mundial aconseja un ajuste fiscal gradual para América Latina y el Caribe, que preserve las mejoras sociales y proteja a los más vulnerables, según su economista jefe para la región, Carlos Végh.
«Hay que hacer lo imposible por preservar las ganancias sociales y proteger a los sectores más vulnerables», afirmó hoy Végh en una entrevista con Efe, en la que reconoce «el inmenso progreso» que se ha dado en la región desde el 2002 hasta el 2015, con una reducción de la pobreza a la mitad y un descenso «sustancial» de la desigualdad.
Asimismo, insiste en que tampoco es conveniente hacer el ajuste vía bajada de la inversión pública, ya que, en su opinión, «la región necesitaría triplicarla, especialmente en infraestructuras», porque un déficit en las infraestructuras lastra el desarrollo económico.
Según el último informe semestral del BM para América Latina y el Caribe, que hoy presenta su economista jefe regional en la Casa de América de Madrid, 31 de los 32 países de la zona tuvieron déficit fiscal el 2017, una coyuntura que contribuye a altos niveles de deuda en esas naciones.
«Los países de la región son conscientes de que hay un problema de déficit fiscal y de alta deuda» y también de que «hay que aprovechar una época de recuperación» para hacer los ajustes necesarios, declara el directivo del BM, que accedió al cargo en febrero del 2017.
Según las últimas proyecciones del Banco Mundial, la economía latinoamericana crecerá un 1.8% este año y un 2.3% en el 2019.
Por otro lado, la deuda conjunta de la región alcanzó el 60% del PBI en el último año, lo que según Végh, afecta al acceso al crédito internacional y al precio que tienen que pagar por el dinero prestado.
Végh, experto en estabilización económica e inflación advierte de que el ajuste fiscal no se debe hacer, como en el pasado, recurriendo a la inflación, como una manera «fácil» de ajustar los salarios reales.
«Eso ha cambiado y ahora estamos en un entorno de inflación baja, con una media del 3.5% (si exceptuamos Venezuela), frente al 200% de media de los años ochenta» advierte el economista.
Sobre la deuda de Argentina, que el mes pasado solicitó un nuevo préstamo al Fondo Monetario Internacional (FMI) para afrontar la depreciación del peso, el directivo del BM considera que el gobierno argentino «es plenamente consciente» de la necesidad de «acelerar un poco el ajuste».
Precisamente ayer, el BM rebajó el crecimiento estimado en Argentina al 1.7% este año, frente al 3% previsto hace seis meses, debido a la restricción monetaria y fiscal, tras la crisis del peso y la solicitud de asistencia financiera al FMI.
Respecto a la posibilidad de que las recomendaciones del BM sean aceptadas por los gobiernos de Latinoamérica, de ideologías diferentes, Végh insiste en que desde esa institución no pueden opinar sobre cuestiones políticas, pero considera que el déficit fiscal «no es un problema de ideología, sino de aritmética».
Al ser preguntado por la repercusión que pueda tener en el déficit fiscal el nivel de informalidad que se da en la economía de la región, cree que son dos cuestiones separadas pero que «combatir la informalidad va a mejorar indirectamente a la situación fiscal».
EFE/Foto: eltiempo.com