LA PAZ (Bolivia).- El Registro Sanitario conferido a la nueva planta de NPK (nitrógeno, fósforo y potasio) construida en Cochabamba constituye hoy una fortaleza para Bolivia desde el punto de vista de la agricultura y la seguridad alimentaria.
“El pasado martes 5 de septiembre, conjuntamente, el personal #Senasag y la #EBIH realizaron la primera inspección a la Planta de Producción de Fertilizantes Granulados Cochabamba para otorgar el Registro Sanitario correspondiente”, informó una fuente de la corporación estatal.
Según el gerente general de la Empresa Boliviana de Industrialización de Hidrocarburos (EBIH), Alejandro Gallardo, resulta de vital importancia la inocuidad de todos los productos que la industria sacará al mercado.
Describió que en este caso se trata de las diferentes formulaciones de NPK y de urea de liberación lenta, que “cumplirán un proceso productivo eficiente garantizando un producto de calidad”.
Una nota institucional destaca que, durante el recorrido, el director departamental del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria (Senasag), Juan Martínez, sostuvo que “la planta está lista para entrar en operación”.
Subrayó que ese resultado es parte de la política nacional de industrialización con sustitución de importaciones.
El 13 de julio último Gallardo informó que la nueva fábrica debe iniciar operaciones en el 2023 y abastecerá totalmente el mercado interno.
La planta se construye en Cochabamba a partir de un contrato firmado por la EBIH y la compañía Sur Energy SRL, con una inversión de más de ocho millones de dólares.
Esta factoría generará anualmente un ingreso de 40 millones de dólares, más de dos mil empleos y tendrá una capacidad de producción de 60 mil toneladas, con lo que cubrirá el ciento por ciento del mercado interno, detalló Gallardo citado por la Agencia Boliviana de Información.
Subrayó que esto permitirá a los productores ser más eficientes, obtener mayores ingresos y también, como país, “nos va a permitir incrementar nuestra frontera productiva y de esa manera garantizar lo que sería la seguridad alimentaria con soberanía”, apuntó.
Recordó que en el mercado mundial Rusia y Ucrania clasifican como los mayores productores de fertilizantes, por lo que el conflicto bélico entre estas naciones encareció estos insumos necesarios para la agricultura.
Gallardo comentó que Bolivia importa alrededor de 24 mil toneladas de fertilizantes NPK, por lo que “con la producción que nosotros vamos a tener, más los excedentes que vamos a exportar, realmente vamos a poder tener ingresos por más de 40 millones de dólares anuales”, precisó.
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Fuente y foto Prensa Latina