LA PAZ.- El presidente boliviano, Evo Morales, designó al periodista Julio César Caballero como nuevo embajador de su país ante el Vaticano, según confirmó hoy el propio informador a la edición del digital del diario El Deber, de Santa Cruz.
En una carta al vicepresidente del país, Álvaro García Linera, que preside la Asamblea Legislativa, Morales solicitó que el Senado reciba al periodista la próxima semana para que pueda presentar su plan de trabajo como embajador, reveló Caballero.
«Me siento emocionado porque soy católico, estoy simplemente en una posición de servicio a mi país», sostuvo el informador, que ya se desempeñó como portavoz oficial para la visita del Papa Francisco a Bolivia en julio del 2015.
El Gobierno boliviano designó en el 2015 al excanciller Armando Loaiza como embajador ante la Santa Sede, pero el diplomático, fallecido en enero pasado, tuvo que renunciar al cargo pocos días después de llegar al Vaticano por unas declaraciones polémicas sobre Morales realizadas a un canal de televisión de Chile.
Loaiza aseguró entonces que sus palabras fueron sacadas de contexto por el medio chileno, al que acusó de tratar de perjudicar la demanda marítima boliviana.
Desde que llegó al poder en el 2006, Morales, que asegura ser «católico de base», ha polemizado con la jerarquía católica local por las críticas que hacen los religiosos al Gobierno en asuntos políticos, sociales y económicos.
La llegada del Papa Francisco a Bolivia puso paños fríos a la tensa relación y permitió que el Gobierno dialogara por primera vez en mucho tiempo con la cúpula católica para coordinar la visita, aunque sin tocar los temas controvertidos.
No obstante, en las últimas semanas el mandatario y los obispos volvieron a polemizar por una carta pastoral en la que el clero denunció que el narcotráfico ha penetrado incluso en las estructuras del Estado y en las fuerzas del orden.
El Gobierno rechazó las afirmaciones de la Iglesia y destacó los resultados de su política antinarcóticos.
Caballero anunció que una de sus líneas de trabajo como embajador será la «profundización de la relación» entre la Iglesia católica y el Estado.