LA PAZ (Bolivia).- El presidente Evo Morales cumple este sábado 60 años tras una nueva victoria electoral, que no le reconoce la oposición boliviana, actualmente con una Bolivia que heredó con sus luces y sus sombras hace trece años.
El órgano electoral de Bolivia publicó este pasado viernes los resultados que le dan una victoria en primera vuelta tras las elecciones del pasado domingo, pero con el margen más estrecho desde su primer triunfo en las urnas en el 2005.
Evo Morales, al frente del Movimiento al Socialismo (MAS), logra el 47.08% de los votos, frente al 36.51 del opositor Carlos Mesa, de la alianza Comunidad Ciudadana.
La diferencia del 10.57% le es suficiente para ganar en primera vuelta, con solo un 0.57 de margen, lejos de sus mayorías el 2005 con el 53.72 por ciento, del 64.22 en el 2009 y del 63.36 el 2014.
Bolivia de trece años después con Evo Morales
La Bolivia que heredó Evo hace trece años como un país considerado en desarrollo y estancado en convulsiones sociales es hoy admirada por su crecimiento económico y estabilidad política, con sus luces y sus sombras.
Más de un tercio de los bolivianos eran pobres cuando Morales llegó al poder en el 2006. tres años después de la «guerra del gas», el enésimo conflicto social que padecía el país sudamericano y que desembocó en decenas de muertos.
Un conflicto más entre sucesivos cambios de presidente, cinco en cinco años, hasta que se puso al frente del país el primer mandatario indígena salido de las urnas en Bolivia, convertido trece años después el jefe de Estado con más tiempo en el poder en la historia boliviana.
LA NACIONALIZACIÓN
Evo Morales eligió un 1 de mayo, día del trabajador, para dar recién llegado al poder el 2006 su primer aviso al mundo: la nacionalización de los hidrocarburos.
Las imágenes de militares entrando en pozos de gas de conocidas multinacionales despertaron la admiración de unos, por la victoria del humilde contra el poderoso, y el temor de otros, por el miedo a una estatalización salvaje que despertaba fantasmas del comunismo.
Los miedos se fueron disipando en estos años y ahora Morales se codea con multinacionales como la española Repsol o la rusa Gazprom para firmar importantes acuerdos, cuyos beneficios revierte luego el Estado en carreteras, puentes y otras obras.
Tras los temores entonces de una inseguridad jurídica, Bolivia es hoy un país atractivo para la inversión exterior, como prueba el interés de muchos países por sumarse a la fiebre del litio.
No obstante, al sindicalista cocalero que liderando protestas sociales se ganó la confianza del pueblo ahora se le acusa de haberse alejado de sus bases con el paso del tiempo para plegarse a empresas extranjeras como las chinas, sin atender al medio ambiente ni a los derechos laborales.
O a los grandes empresarios agrarios de Bolivia, con grandes incendios para convertir bosques en tierras de cultivo, mientras muchos bolivianos siguen inmersos en la economía informal.
DE LA REPÚBLICA COLONIAL AL ESTADO PLURINACIONAL
Evo Morales se jacta de haber dado un paso histórico en Bolivia al dejar atrás la República de herencia colonial para convertir al país en un Estado Plurinacional que reconoce a las comunidades indígenas tras siglos de marginación.
El icono de este cambio es el traslado del despacho presidencial del viejo Palacio Quemado en La Paz, con adornos neoclásicos europeos, a la moderna Casa Grande del Pueblo, decorada con símbolos de los pueblos originarios.
Reflejo del progreso del país para unos, la nueva sede de Gobierno estrenada en 2018 es en cambio para otros el exponente del despilfarro en que ha desembocado la era de Morales en el poder, con un coste de más de 34 millones de dólares en un país que tiene pendientes de construir casi medio centenar de hospitales.
El DESEMPEÑO MACROECONÓMICO
«Resumiría los logros de este tiempo probablemente con dos palabras, una estabilidad y segunda previsibilidad», dijo a Efe la ministra de Planificación del Desarrollo de Bolivia, Mariana Prado.
La inflación controlada, que no suele superar el 1.5 por ciento anualmente, con un tipo de cambio fijo y una economía interna en la que el boliviano prevalece ante el dólar es una de las claves que destaca la ministra.
Otras cifras de relevancia son el crecimiento del producto interno bruto (PIB), de unos 10,000 millones de dólares en el 2005 a 40,800 millones el 2018, y la reducción de la pobreza extrema del 38 por ciento a un 15 en este periodo, apuntó Prado.
La ministra dijo que dos decisiones hicieron posible ese desempeño: primero la nacionalización para «recuperar la soberanía» y luego la «apuesta por el mercado interno» a partir del 2014. cuando bajaron los precios del gas y por ello los ingresos del Estado.
En los últimos años unos tres millones de personas han cruzado la línea de la pobreza para ser parte de la clase media del país, que representa el 62 por ciento de los 11.5 millones de habitantes de Bolivia, según datos del Ministerio de Planificación del Desarrollo.
LAS DUDAS EN ECONOMÍA TRECE AÑOS DESPUÉS
En cambio, para el economista y profesor de la Universidad Católica Boliviana de La Paz Gonzalo Chávez el desempeño económico boliviano se puede dividir en dos periodos, uno que abarca del 2006 al 2014, con buenos precios internacionales de materias primas como el gas, y del 2014 hasta la actualidad con la «desaceleración» de la economía.
A juicio de Chávez, una de las ventajas que tuvo Morales al llegar al Gobierno es que se benefició con una «bonanza externa fabulosa», a la que se sumó la reducción de la deuda externa, lo que hizo posible un progresivo incremento del PIB.
Para este economista tampoco es tan «significativo» el crecimiento económico de Bolivia, uno de los más altos de América Latina y que no ha bajado del 4 por ciento en los últimos años, porque el país ya experimentó periodos similares a finales de la década de los años 70 y principios de los 90.
Chávez alertó de que ese crecimiento no se libra de dificultades por las que pasa ahora Bolivia, como el déficit público, que el año pasado llegó al 8 por ciento del PIB.
También destacó la reducción de las reservas internacionales, que de casi 15,000 millones de dólares en su pico del 2015 bajaron ahora a unos 8,300 millones, y la acumulación de la deuda, externa e interna, que según los datos del economista llegan al 54 por ciento del PIB.
LA INCLUSIÓN DE INDÍGENAS Y MUJERES
Pero algo que tanto oficialistas como opositores reconocen al Gobierno de Morales es el proceso de inclusión social de indígenas y mujeres en la participación en el Estado.
Esa inclusión se ha producido en la política, la economía y la sociedad, esferas en las que hubo sectores que «anteriormente estuvieron marginados», como indígenas, campesinos y trabajadores, declaró a Efe el vicepresidente del Senado boliviano, Rubén Medinaceli.
Una prueba de esa inclusión para este legislador del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, es que la mitad de los parlamentarios bolivianos son mujeres, uno de los porcentajes más altos del mundo.
La diputada por la opositora Unidad Demócrata Jimena Costa, si bien reconoció este avance, apuntó a Efe que esa incorporación «no tiene una vocación democrática», ya que muchos de estos actores se incorporaron en «confrontación» con otros sectores de la sociedad.
Costa destacó la necesidad de incorporar a plataformas ciudadanas que no necesariamente poseen militancia política, que por lo general se han opuesto a reelección de Morales para un cuarto mandato.
POLÉMICA POR LA NUEVA CANDIDATURA DE MORALES
Esta última cuestión es la que ha sido la más polémica en la última época, ya que la nueva candidatura del mandatario ha sido avalada por el Tribunal Constitucional de Bolivia en contraposición a un referéndum en el 2016 que negó a Morales la posibilidad de ser candidato por cuarta vez.
A juicio de Medinaceli, la reelección presidencial responde al «clamor» de una parte de la población que pide que Morales continúe al frente del Gobierno, porque la democracia es «hacer caso a lo que diga la gente».
En cambio para Costa, la habilitación del mandatario para ser candidato indefinidamente es un «retroceso» y muestra que los oficialistas «no cumplen su propia Constitución» que el propio Morales promulgó el 2009. que prohíbe un tercer mandato seguido.
Una de las principales críticas hoy a Evo Morales es haber dado protagonismo en la vida pública a quienes les apoyan mientras iba relegando a los críticos, con acciones como ahogar financieramente a medios de comunicación «enemigos».
Morales llegó al Gobierno con promesas de acabar con las oligarquías que tradicionalmente dirigían la nación sudamericana para dar protagonismo al pueblo, pero con el paso de los años muchos ven al oficialismo como una corte cerrada.
LOS BOLIVIANOS DECIDEN
La Bolivia donde en la década del 2000 fracasó McDonald’s es hoy un país que por un lado mantiene su idiosincrasia a la vez que se ha plagado de autos asiáticos último modelo, franquicias de marcas internacionales y centros comerciales.
El pasado domingo en gran mayoría los bolivianos decidieron dar al líder indígena cinco años más para continuar sus proyectos hasta el 2025. cuando Bolivia celebre el bicentenario de su independencia.
O ponen fin a estos trece años en los que con sus luces y sus sombras se ha transformado el país.
EFE/Gabriel Romano y Luis Ángel Reglero
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