LA PAZ.- El presidente de Bolivia, Evo Morales, reveló hoy que en el 2007 tuvo un hijo que falleció poco después, y rechazó que la madre de ese niño, Gabriela Zapata, se viera beneficiada por supuesto tráfico de influencias, tal y como ha denunciado la oposición.
«Evidentemente a Gabriela Zapata Montaño (la) conocí el 2005. Es la verdad que era mi pareja. En el 2007 tuvimos un bebé y lamentablemente, nuestra mala suerte, ha fallecido, tuvimos algunos problemas y a partir de ese momento nos distanciamos», declaró Morales en una rueda de prensa.
El mandatario dijo que no comprende cómo, pasados diez años, «algunas personas usen eso con fines netamente políticos».
«No sé si tendrán moral, no sé si está basado en la legalidad usar niños que no existen», criticó el gobernante.
Morales salió al paso de esta forma a una denuncia del periodista Carlos Valverde sobre la supuesta existencia de «tráfico de influencias» a favor de la empresa CAMC Engineering (CAMCE), de la que Gabriela Zapata es gerente comercial y que se adjudicó varios contratos con el Estado.
Según la prensa boliviana, Zapata tiene 28 años, es abogada, licenciada en Ciencias Políticas y empresaria, y en las redes sociales ha publicado recientemente comentarios en los que manifiesta su admiración hacia el mandatario.
CAMC Engineering se adjudicó siete proyectos en Bolivia por valor de 566 millones de dólares, entre ellos la construcción de obras de ingeniería, importación de perforadoras y producción de sales de potasio.
Morales insistió este viernes en que no sabía nada de Zapata desde el 2007 y aseguró que hoy se enteró de que está casada y trabaja para esa compañía china.
Como prueba de que no hay tráfico de influencias, Morales adujo que el Estado ha rescindido uno de los siete contratos que tiene con la compañía CAMCE y ejecutó sus garantías bancarias porque no cumplió con los plazos de una contratación para montar un ferrocarril.
Atribuyó la acusación a una «guerra sucia» dentro de la campaña que vive Bolivia con vistas al referendo del próximo 21 de febrero cuando los bolivianos votarán si se autoriza o no una reforma constitucional que permitiría a Morales ser nuevamente candidato en 2019.
A su juicio, las acusaciones en su contra provienen de «la derecha», que usa temas personales para los ataques porque, asegura, la oposición no tiene una propuesta de Gobierno.
El mandatario, de 56 años es soltero, pero tiene un hijo y una hija (Eva Liz y Álvaro) de madres distintas.
Morales, que en numerosas ocasiones ha dicho que está «casado con Bolivia», reiteró que ha desistido de contraer matrimonio porque su trabajo como sindicalista y político supone un riesgo para su familia.