RÍO DE JANEIRO.- En medio de una severa crisis financiera, el gobierno estatal decretó este viernes el «estado de calamidad pública» para poder financiar los Juegos Olímpicos, cuando faltan apenas 49 días para el inicio del evento deportivo.
El gobernador interino, Francisco Dornelles, precisó que la medida habilita a las autoridades a «adoptar las medidas excepcionales necesarias para la racionalización de todos los servicios públicos, con vistas a la realización de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos Río 2016″.
La grave crisis financiera del estado «impide el cumplimiento de las obligaciones asumidas a raíz de la realización de los Juegos», precisó el decreto, firmado por Francisco Dornelles.
El gobernador advirtió asimismo que la crisis financiera, empeorada por los gastos en los Juegos, ya dificulta la prestación de servicios esenciales y «puede acarrear el total colapso de la seguridad pública, la salud, la educación, el transporte y la gestión ambiental».
La previsión del déficit del estado de Río para este año es de 19,000 millones de reales (5,555 millones de dólares), debido a la aguda caída de la recaudación en un Brasil en profunda recesión y también por la recepción de menos royalties petroleros.
El gobierno estatal de Río pide desesperadamente ayuda al gobierno federal para poder financiar obras de infraestructura ligadas a las Olimpíadas, como la línea 4 del metro, que debe unir Ipanema con Barra da Tijuca, donde estará situado el cuartel general de los Juegos Olímpicos.
«La situación de Río es dramática. Existe una insuficiencia próxima a los 20,000 millones de reales. (…) El gobierno tendrá que elegir a quién paga y a quién no», dijo el economista Raúl Velloso, especialista en cuentas públicas, al portal G1.
La economía brasileña descarriló en el 2015, cuando cayó un 3.8%, con una inflación de dos dígitos. En el 2016, el desempleo saltó hasta un récord del 11.2% y el Gobierno proyecta que cerrará con un enorme déficit fiscal primario cercano a los 47,000 millones de dólares.
Los operadores esperan que el año 2016 cierre con una caída del 3.6%, en momentos en que la mayor economía de América Latina se encamina hacia su peor recesión en más de 80 años. (ECHA – Agencias)