BRASILIA.- En la primera reunión con sus nuevos ministros, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, comentó este viernes su convencimiento de que en su país está en curso un «golpe democrático a la paraguaya«.
No obstante la mandataria de inmediato acompañó la frase con un gesto de manos que simuló comillas, dando a entender que se trataba de una ironía ante los ministros nombrados a principios de octubre para superar la crisis política y recuperar parte de la popularidad perdida.
De esta manera se refirió así al clima de tensión que en 2012 terminó con la destitución del ex presidente paraguayo. Fernando Lugo, mientras que en Brasil duras derrotas judiciales han puesto a la mandataria cerca del juicio político.
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Dilma Rousseff aclaró que «Brasil no es Paraguay» y que la diferencia es que “tenemos instituciones fuertes«.
En junio de 2012, Fernando Lugo enfrentó un proceso de juicio político que terminó en pocas horas con su presidencia. Asumió entonces su vice, el liberal Federico Franco. El proceso fue leído en América Latina, más precisamente en la Unasur, como una «ruptura del orden democrático», y Paraguay fue suspendido del organismo regional.
La decisión de suspender a Paraguay de Unasur, y también del Mercosur, partió de la propia Dilma Rousseff, según recordó en su edición online el diario Folha do Sao Paulo.
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La reunión de Dilma Rousseff con sus ministros tuvo como objetivo delinear la estrategia oficial en el Congreso, El Gobierno ha anunciado que defenderá ante los legisladores su rendición de gastos de 2014, horas después de que el Tribunal de Cuentas (TCU) lo rechazara con duras críticas.
La decisión del Tribunal alentó a la oposición a iniciar cuanto antes un juicio político contra Rousseff.
El nuevo jefe de ministros, Jaques Wagner, advirtió que la decisión ha sido «dar pelea». Rousseff «es una guerrera, y opera muy bien justamente en las dificultades», dijo tras la reunión de Gabinete. (ECHA- Agencias)