RÍO DE JANEIRO (Brasil).- El Ejército reforzará la seguridad en 513 municipios brasileños durante las elecciones presidenciales, legislativas y regionales del domingo en Brasil, informó hoy el Tribunal Superior Electoral (TSE).
El número de localidades a las que fue autorizado el envío de miembros de las Fuerzas Armadas para garantizar que las elecciones transcurran con normalidad equivale a cerca del 9% de los 5,564 municipios brasileños y abarca desde grandes ciudades como Río de Janeiro hasta pequeños poblados amazónicos.
Las tropas serán enviadas a localidades de 11 de los 27 estados del país, según la máxima autoridad electoral.
Los refuerzos fueron solicitados por los gobierno regionales o por jueces ante posibles incidentes o por falta suficiente de policías, y fueron autorizados por el Tribunal Electoral tras el estudio de cada caso en particular.
Las peticiones son encaminadas directamente al Ministerio de Defensa, el encargado de determinar el número de efectivos a ser enviado a cada localidad.
Las elecciones de este año, las más imprevisibles desde que Brasil recuperó la democracia en 1985, se han caracterizado por un clima de radicalización y polarización entre el socialista Fernando Haddad y el ultraderechista Jair Bolsonaro, quien fue acuchillado durante un mitin el 6 de septiembre pasado.
La mayoría de los municipios que recibirán tropas está en la región amazónica (Acre, Amazonas, Maranhao, Mato Grosso, Mato Grosso do Sul, Pará y Tocantins) o en el empobrecido nordeste brasileño (Piauí, Río Grande do Norte y Ceará).
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Según el Atlas de la Violencia 2018, en las regiones nordeste y norte de Brasil se sitúan los siete estados con mayores índices de homicidios por cada 100,000 habitantes: Sergipe (64,7), Alagoas (54,2), Río Grande do Norte (53,4), Pará (50,8), Amapá (48,7), Pernambuco (47,3) y Bahía (46,9).
Río de Janeiro, en donde serán enviados refuerzos a 69 municipios, es el único estado de las pobladas regiones del sur y del sudeste de Brasil en recibir refuerzos, por su situación particular de violencia, que obligó al Gobierno a declarar en febrero pasado una intervención militar en su seguridad.
La intervención fue determinada para contener la ola de violencia desatada tras la celebración de los Juegos Olímpicos del 2016 por grupos de narcotraficantes, milicianos (parapoliciales) y delincuentes comunes.
Según el juez Mauro Nicolau, del Tribunal Regional Electoral de Río, «más del 40% (de las personas en Río) están bajo la influencia de fuerzas ilegales», lo que supone en número totales «entre 1.4 y 1.7 millones de electores».
De acuerdo con el Ministerio de Seguridad Pública, con la movilización de tropas en esos municipios, el número de agentes de organismos de seguridad pública responsables por la seguridad durante las elecciones asciende a unos 280,000, entre policías, militares, guardias civiles y miembros de la Agencia Brasileña de Inteligencia y de la Fuerza Nacional de Seguridad.
La movilización de las Fuerzas Armadas en las elecciones está prevista en la constitución para «garantizar la normalidad del pleito, el libre ejercicio del voto y el buen progreso de los escrutinios».
Las labores de seguridad durante las elecciones son coordinadas por el Ministerio de Seguridad Pública, que montó desde el jueves un Centro Integrado de Comando y Control en Brasilia que cuenta con la participación de oficiales de cada uno de los organismos involucrados.
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