RÍO DE JANEIRO (Brasil).- El 59% de los electores brasileños no sabe por quién va a votar, si pretende votar en blanco o anular su sufragio en las elecciones presidenciales de octubre próximo, en una demostración del pesimismo de los votantes y del rechazo a la clase política, según una encuesta divulgada hoy por el Instituto Ibope.
A falta de poco más de dos meses para las elecciones del 7 de octubre, el 31% de los electores brasileños afirmó que pretende votar en blanco o anular su voto y un 28% afirma que aún no sabe por cuál candidato va a votar, según el sondeo encomendado por la Confederación Nacional de la Industria (CNI).
El porcentaje de los que quiere votar en blanco o en nulo es más de tres veces superior al promedio de las últimas cuatro elecciones presidenciales, según los datos del Ibope, que entrevistó a 2,000 electores entre el 21 y el 24 de junio y cuyo sondeo tiene un margen de error del 2%.
El porcentaje de electores dispuestos a votar en blanco o nulo cuando faltaban dos meses para las presidenciales del 2014 era del 16%, así como del 7% antes de las del 2010 y del 9% a dos meses de las del 2006.
«La alta insatisfacción con la corrupción y la falta de confianza en la clase política hizo con que el porcentaje de electores con intención de votar en blanco o anular su voto llegase a su mayor nivel en las últimas cinco elecciones», explicó la CNI en un comunicado en el que divulgó los resultados del sondeo.
Por su parte, el porcentaje de indecisos cayó desde el 46% antes de las presidenciales del 2006 hasta el 40% en las del 2010, el 37% en las del 2014 y el 28% en las del 2018.
«Aparentemente hubo una migración desde los indecisos hacia los que quieren votar en blanco o anular su voto», explicó la CNI.
Otro factor que eleva el nivel de indecisión es que, de los electores que aseguran que ya decidieron su candidato, un 73% admite que puede cambiar de opinión hasta octubre. Sólo un 27% afirma que está totalmente convencido de su voto y que no lo cambiará.
Además, el 45% de los electores dijo estar «pesimista» o «muy pesimista» con las elecciones presidenciales y un 61% afirmó que no tiene «ningún interés» o «poco interés» en los candidatos.
Sobre la razón para el elevado pesimismo, un 30% apuntó la corrupción, un 19% la falta de confianza en el Gobierno o en los candidatos, un 16% la falta de una buena opción entre los candidatos, un 11% la falta de renovación de candidatos y un 7% la desconfianza en políticos que no cumplen lo que prometen.
Pese al pesimismo con que encaran las elecciones, el 70% de los brasileños considera que el resultado de los comicios tiene potencial para ayudar a mejorar el país y un 85% considera que su voto es importante.
La indecisión de los electores es otro de los factores que contribuyen para que las presidenciales de este año sean consideradas como las más imprevisibles desde que Brasil recuperó la democracia en 1985.
Una de las grandes dudas es en torno a la participación del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que lidera los sondeos con un 33% del favoritismo pero que está virtualmente inhabilitado debido a que la legislación veta la postulación de personas cuya condena ha sido confirmada en segunda instancia por tribunal colegiado, como es su caso.
El Partido de los Trabajadores (PT) pretende formalizar la candidatura de Lula el próximo sábado y alega que presentará recursos ante todos los tribunales que sea necesario para garantizar la participación del líder de todas las encuestas en las elecciones.
Sin Lula, el líder en los sondeos es el diputado ultraderechista Jair Bolsonaro, con el 17% del favoritismo, pero cuyo índice de rechazo entre los electores es casi del doble (32%).
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