BRASILIA.- El Gobierno de Brasil dio hoy marcha atrás y relanzó la construcción de 11,250 viviendas que habían sido cancelada días después de que el presidente interino, Michel Temer, asumiera el poder.
El ministro de Ciudades, Bruno Araújo, anunció la construcción de las viviendas justo un día después de que el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) ocupara un edificio de la Presidencia en Sao Paulo para protestar contra los recortes en vivienda.
La ocupación generó el miércoles fuerte enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes en la céntrica Avenida Paulista, el corazón financiero de Brasil y que diariamente es transitado por miles de personas.
Los Sin Techo advirtieron que no dejarían el predio hasta que el Gobierno revocara su decisión de paralizar la edificación de las viviendas del «Minha Casa, Minha Vida» (Mi Casa, Mi Vida), uno de los programas destacados del Gobierno del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva y la gobernante suspendida, Dilma Rousseff.
Presionado por el movimiento, el Gobierno notificó la noche del miércoles a los Sin Techo que daría marcha atrás en su decisión, por lo que los integrantes del movimiento dejaron el edificio en la mañana de este jueves.
Las viviendas de Minha Casa, Minha Vida” (Mi Casa, Mi vida), fue uno de los programas bandera del Gobierno del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva y la gobernante suspendida Dilma Rousseff.
La construcción de las 11,250 viviendas fue anunciada por Rousseff pocos días antes de que el Congreso decidiera apartarla de su cargo para iniciar un proceso de destitución.
El Gobierno de Rousseff intensificó las medidas de carácter social antes de ser suspendida de su cargo, con el fin de tender la mano a sus bases, a las que había desencantado con la aplicación de medidas de ajuste fiscal.
En una de sus últimas intervenciones públicas, el pasado 1 de mayo, Rousseff también anunció un reajuste del 9% en la asignación del Bolsa Familia, el programa del Gobierno de combate al hambre, y un ajuste al impuesto sobre la renta que beneficia a los asalariados.
El Gobierno interino de Michel Temer ha insistido en que no recortará los programas sociales, pero ha precisado que los «revisará» con el fin de que sean más eficientes.