SAO PAULO (Brasil).- El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se mantiene al frente en las intenciones de voto de cara a las elecciones generales del 2018, según reveló hoy una nueva encuesta.
Lula, quien responde ante la Justicia por cinco causas abiertas por cargos de corrupción, tendría el 35% de los votos, 5 puntos porcentuales más del 30% con el que apareció en la encuesta de junio, de acuerdo con un nuevo sondeo del Instituto Datafolha.
En la segunda posición, con dos escenarios diferentes, se presenta un empate técnico entre el diputado conservador Jair Bolsonaro, del Partido Social Cristiano (PSC), que está entre el 16% y el 14%, y la excandidata y ambientalista Marina Silva, de la Rede, con entre el 13% y el 14%.
El Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), aliado del gobernante Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) del presidente, Michel Temer, tendría sólo el 8% de los votos, independiente de su candidato.
Los aspirantes del PSDB son el gobernador del estado de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, y el alcalde de la capital paulista, João Doria.
Mientras Lula amplió su apoyo en las intenciones de voto con respecto a la encuesta de junio, Bolsonaro, Silva y Alckmin o Doria se mantuvieron en el mismo nivel del anterior sondeo.
En una segunda vuelta electoral, Lula vencería a cualquiera de sus opositores, excepto si fuera con el juez federal Sergio Moro, quien siempre ha descartado una eventual participación en los comicios como candidato y con el que se presentaría un empate técnico.
https://youtu.be/SBfWH2SAEVw
Datafolha entrevistó a 2,772 personas entre el 27 y el 28 de septiembre en 194 ciudades y el sondeo tiene un margen de error de 2 puntos.
Lula, presidente de Brasil entre el 2003 y 2010, no ha oficializado sus aspiraciones a la Presidencia, pero tampoco oculta su deseo de volver al poder, y el Partido de los Trabajadores (PT), que el exmandatario fundó en 1980, ya ha declarado que lo tiene como «única opción» para las elecciones de octubre del año próximo.
El expresidente es acusado de corrupción y obstrucción a la Justicia relacionadas al caso Petrobras y según las normas electorales del país, puede ser candidato a la Presidencia aún si fuera condenado en primera instancia, pero quedaría inhabilitado si alguna sentencia fuera confirmada por un tribunal superior.
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