RÍO DE JANEIRO/Brasil.– Al menos 62 personas perecieron en tres días durante los saqueos y violencia desatada en el estado de Espírito Santo, tras una huelga de la policía militar que determinó que el Gobierno Central envíe soldados para controlar los desmanes.
En la víspera se enviaron 200 soldados pero ante el incremento de la violencia callejera se espera la llegada de un millar de efectivos, informó el presidente del Sindicato de Policías Civiles del estado sureño.
Al menos 62 personas perecieron en condiciones violentas en Vitória, capital del estado brasileño de Espírito Santo, desde el sábado, cuando la policía militar inició una huelga en protesta por la falta de inversión en materia de seguridad, informaron este lunes fuentes sindicales.
En los últimos tres días, ha habido un aumento en los crímenes, principalmente de “homicidios, robos, y hurtos”
Desde el sábado, familiares de los policías militarizados, que exigen una mayor inversión para garantizar el buen ejercicio de sus funciones así como un «reajuste salarial», se han manifestado y han impedido la salida de los agentes de sus cuarteles.
Los familiares de los policías militares encabezan la protesta porque los agentes tienen estatus de soldados y el Código Penal Militar brasileño castiga con una condena de hasta dos años de prisión su participación en huelgas o manifestaciones.
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El Ministerio de Defensa ha autorizado el envío de las Fuerzas Armadas «para garantizar la ley y el orden» en la ciudad respondiendo a una petición del gobernador.
«Quiero resaltar la determinación inflexible de restaurar y recuperar la normalidad (por parte del Gobierno). Estoy seguro de que con el apoyo de las fuerzas locales, estaremos en las calles para garantizar la integridad de las personas y las propiedades», dijo el ministro de Defensa, Raul Jungmann, en rueda de prensa.
“Estoy seguro de que con el apoyo de las fuerzas locales, estaremos en las calles para garantizar la integridad de las personas y las propiedades”, agregó.
Jungmann informó, además, que 200 soldados ya patrullan las calles de Vitória y se espera que próximamente lleguen 1.000 agentes más entre miembros de la Fuerza Nacional, un cuerpo de élite de la Policía de carácter federal, y del Ejército brasileño.
Para el sindicato, esta decisión constituye un «paliativo» que «no va a resolver el problema de la inseguridad», ya que el combate al crimen sólo puede ser efectivo si se invierte en la «reestructuración del cuerpo y en recursos humanos». (ECHA – Agencias)