MADRID.- La Policía Federal de Brasil ha irrumpido este viernes en las oficinas y los domicilios de tres diputados del Partido Liberal, la enésima formación política con la que el presidente, Jair Bolsonaro, se presentará a las elecciones de octubre.
Los objetivos de esta operación son Josimar ‘Maranhãozinho’ Cunha Rodrigues -investigado ya por tercera vez-, Joao Bosco da Costa y el pastor evangelista Gildenemir de Lima Sousa. Los tres están bajo sospecha por el desvío irregular del presupuesto destinado a los parlamentarios, cuenta ‘Folha de Sao Paulo’.
Las autoridades sospechan que los tres habrían utilizado una serie de empresas fantasma para transferir fondos públicos a los municipios del interior del estado de Maranhao, donde al menos dos de ellos tienen base electoral.
En el caso del diputado Josimar ‘Maranhãozinho’, éste ya fue en otras dos ocasiones blanco de las investigaciones de las autoridades, después de que unas grabaciones revelaran que había estado amasando grandes cantidades de dinero para financiar esta trama. Por ello, la Policía envío una denuncia a la Fiscalía, acusándole de corrupción, blanqueo de dinero y asociación ilícita.
Esta investigación data desde diciembre de 2020, un año antes de que el presidente Bolsonaro hiciera oficial su ingreso en el Partido Liberal, cuyo líder, Valdemar Costa Neto, pasó once meses en prisión por el escándalo del ‘mensalão’, una trama corrupta por la cual el Partido de los Trabajadores (PT) pagó sobresueldos desde 2004 a diputados y senadores a cambio de apoyo parlamentario.
Las cuitas de Costa Neto con la Justicia no acaban ahí, pues por ahora todavía está imputado por el caso ‘Lava Jato’, una macrotrama de corrupción de la que no se ha podido escapar casi ningún partido del arco parlamentario brasileño.
En su caso, está siendo investigado por supuestas irregularidades, entre ellas el cobro de comisiones, en una serie de contratos de empresas privadas con el Ministerio de Transportes, cartera en la que maniobró durante los gobiernos anteriores del PT y en el del expresidente Michel Temer (2016-2018).
No ha habido caso de corrupción mediático en Brasil que no haya contado con la implicación, a veces supuesta, otras tantas confirmada por la Justicia, de alguno de los afiliados del nuevo partido de Bolsonaro, que amontona ya diez siglas bajo las que ha medrado desde que entró en política a finales de los años ochenta.
Fuente: europapress.es