SAO PAULO (Brasil).- La Cámara Alta de Brasil eligió este sábado como presidente al conservador David Alcolumbre, quien obtuvo 42 de los 77 votos en una sesión crispada y cuyo triunfo representa una victoria para el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.
Después de haber sido uno de los protagonistas de las acaloradas discusiones de la víspera, cuando los parlamentarios no lograron superar las discordias sobre si la votación debía ser secreta o abierta y suspendieron la sesión, Alcolumbre cosechó este sábado una importante victoria para su partido -Demócratas (DEM)-, que es parte de la base oficialista.
El nuevo presidente expresó su deseo de «reunificar» la cámara y afirmó que no conducirá los trabajos basado en «revanchismo».
«Mis adversarios tendrán, todos ellos, de mi parte, una pujante disposición para el diálogo y la cooperación», dijo Alcolumbre en su discurso tras conocer el resultado.
«Todos serán tratados con la más absoluta deferencia y respeto», completó.
Alcolumbre, de 41 años y quien está en su primer mandato en la Cámara Alta, disputó las elecciones con tan solo cuatro oponentes, ya que, a lo largo de la sesión parlamentaria, otros cuatro senadores retiraron sus candidaturas.
Entre ellos el veterano Renan Calheiros, del partido Movimiento Democrático Brasileño (MDB), quien era apuntado como uno de los favoritos a la presidencia del Senado pero abandonó la disputa por considerar que el proceso no era «democrático», en alusión a los repetidos tumultos que tuvieron lugar en las más de ocho horas de sesión.
Ante el impase del viernes, que llevó al aplazamiento de la decisión para este sábado, el magistrado del Supremo Tribunal Federal brasileño, Dias Toffoli, determinó que la elección sería secreta.
A su vez, los senadores decidieron entonces que la votación sería realizada a través de cédulas de papel, una maniobra que permitió que muchos anunciasen públicamente sus sufragios.
Pero luego de la apertura de la urna, fue constatado que había un total de 82 votos, aunque la cámara sea compuesta por 81 senadores, lo que levantó la sospecha de fraude y por lo que se convocó una nueva votación.
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— Davi Alcolumbre (@davialcolumbre) February 2, 2019
Ante la nueva convocatoria, Calheiros renunció a la disputa y abandonó el pleno, sin votar, lo que abrió el camino para que Alcolumbre se consagrara vencedor en la primera vuelta con 42 de los 77 votos, ya que, además del veterano, otros tres senadores no participaron en la votación.
Tras su triunfo, Bolsonaro felicitó al nuevo presidente a través de sus redes sociales y señaló que el titular tiene por delante el «desafío» de «transformar en acciones el sentimiento de cambios» expresado por la población en las elecciones celebradas en octubre pasado.
«El gobierno está listo para también cumplir con su misión. Brasil tiene prisa!», destacó en su cuenta de Twitter el ultraderechista, quien asumió la Presidencia del gigante sudamericano el 1 de enero y se recupera de una cirugía en un hospital de Sao Paulo.
Si la tensión imperó por dos días consecutivos en el Senado, en la Cámara de los Diputados la concordia fue la nota y el conservador Rodrigo Maia fue reelegido como presidente con una aplastante mayoría de 334 votos entre los 513 diputados.
Maia, de 48 años y quien está en su sexto mandato consecutivo, ocupa el cargo desde el 2016 y se impuso a otros seis candidatos de diversas tendencias.
Así como Alcolumbre, Maia es miembro del partido conservador Demócratas (DEM), aunque pertenece a una corriente interna que no se plegó abiertamente al actual mandatario durante los comicios presidenciales.
No obstante, en los últimos meses el diputado se ha acercado a la base de Bolsonaro, quien inicialmente lo vinculó a la «vieja política» que dice combatir y asocia a asuntos de corrupción y clientelismo, pero luego lo aceptó entre los suyos.
Este estrechamiento es atribuido sobre todo al apoyo de Maia a una profunda reforma en el sistema de pensiones que el equipo económico del mandatario desea impulsar.
En referencia a esta reforma, Maia expresó que «nada avanzará» en Brasil «si no le damos viabilidad al Estado».
En la misma línea, el nuevo presidente de la Cámara Alta subrayó que la reforma del sistema de jubilaciones es «fundamental para el país» y que «todos los partidos reconocen» su importancia.
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