RÍO DE JANEIRO.- El juez federal Sergio Moro, anunciado como ministro de Justicia por el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, informó este lunes formalmente que se aparta de los procesos de la Lava Jato y entra en vacaciones, antes de renunciar completamente a su cargo.
A través de una nota enviada al Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región, Moro señaló que deja la megacausa judicial para «evitar controversias innecesarias», algo que ya había adelantado el jueves pasado al aceptar la invitación del presidente electo para comandar la cartera de Justicia.
El juez, que puso al ex presidente Lula da Silva tras las rejas por corrupción pasiva y lavado de dinero, ya había citado a Lula el 14 de noviembre para un nuevo interrogatorio por otro proceso, que ahora será responsabilidad del juez que asuma su lugar.
En la nota que envió este lunes al Tribunal Regional, Moro también dijo que tomará los días de vacaciones que tiene acumulados, antes de retirarse por completo de la magistratura para asumir como ministro en enero próximo.
De esa manera aprovechará el período para organizar el futuro del Ministerio de Justicia.
Su nombramiento y entrada en la arena política desató diversas reacciones. Mientras muchos aplaudieron su llegada por tratarse una de las caras más visibles de la lucha contra la corrupción, el periódico Folha de Sao Paulo criticó: «Moro comprometió su independencia como magistrado de manera irreversible».
En ese sentido, ha sido acusado de actuar políticamente a lo largo de su carrera, aunque otras voces señalan que podría actuar como un balance hacia la legalidad por parte de la imprevisibilidad de Bolsonaro.
La salida de Moro de ese juzgado emblemático se da, según juristas, en un momento en que Lava Jato está llegando a su fin en Curitiba, orientándose hacia sus ramificaciones en Rio de Janeiro, San Pablo y Brasilia. (ECHA-Agencias)