BRASILIA (Brasil)-) A 143 subió el número de muertos al confirmarse hoy que fallecieron siete personas por las lluvias e inundaciones que golpean al estado brasileño Rio Grande do Sul desde finales de abril.
Con el regreso de las precipitaciones en la división territorial, la cifra de personas fuera de sus hogares aumentó a 618 mil.
De esa cantidad, 81 mil están en refugios y 537 mil desplazadas (en morada de amigos y parientes).
El reporte indica asimismo que 76 mil 399 personas fueron rescatadas y 10 mil 555 animales.
De igual manera, se notificaron damnificados 446 municipios y dos millones 115,704 residentes en el territorio.
El estado tiene previsión de lluvia y frío para los próximos días, lo que provoca más preocupación.
Más de una semana después del comienzo de la situación de emergencia, comienzan a llegar a lugares animales que quedaron atrás después que sus tutores necesitaran dejar sus casas a la prisa y también personas que se resistieron a abandonar sus hogares en un primer momento.
Reportes televisivos apuntan que llovió durante toda la madrugada de este domingo en la ciudad de Sao Leopoldo, fuertemente dañaba por las inundaciones.
El quiebre de diques del río, que activó campanas de alarma, provoca temor entre los habitantes de más crecidas en la ciudad gaucha.
La previsión para la próxima semana es que haga frío, incluso con posibilidad de heladas.
El Instituto Nacional de Meteorología pronosticó volúmenes acentuados de aguaceros en la región, con posibilidad de hasta 140 milímetros de agua de chubascos este domingo.
Las regiones más afectadas deben ser el norte y este del estado. A pesar de que las aguas bajan, muchos lugares aún están inundados. Los camiones no pasan por varias calles.
El mal tiempo en Rio Grande do Sul ocasionó, hasta entonces, cerca de ocho mil millones de reales (mil 600 millones de dólares) de perjuicio financiero.
Las devastadoras inundaciones destruyeron partes de algunas ciudades, como Porto Alegre, capital estadual, parcialmente sumergida y bajo un dantesco rastro de destrucción.
Aunque la prioridad es el rescate de personas, las autoridades tuvieron que anunciar el viernes un refuerzo en la seguridad, pues hubo casos de saqueos en algunas localidades e incluso agresiones sexuales en refugios para víctimas del desastre.
Una de las principales preocupaciones es el impacto económico de la tragedia, pues Rio Grande do Sul es un importante centro agrícola del país y el mayor productor de arroz del gigante sudamericano.
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Fuente Prensa Latina