BRASILIA (Brasil).- La seguridad de Río de Janeiro, estado brasileño que enfrenta una inusitada y grave ola de violencia, será reforzada hasta finales de 2018 con la movilización de 10,240 militares y policías, según un decreto suscrito hoy por el presidente de Brasil, Michel Temer.
La autorización fue volcada en un decreto firmado por Temer, que fue publicado en una edición extraordinaria del Diario Oficial y el cual establece que los soldados de las Fuerzas Armadas podrán actuar en las calles de Río de Janeiro a partir de hoy mismo y hasta el próximo 31 de diciembre.
El decreto señala que los ministerios de Defensa y de Justicia establecerán los límites de las acciones de los soldados, así como definirán el número de efectivos que serán convocados.
La decisión de emplear a las Fuerzas Armadas ha sido tomada una semana después de que el propio Gobierno anunció el envío a Río de Janeiro de unos 400 agentes de la Fuerza Nacional de Seguridad y de 380 agentes de la Policía Federal de Carreteras.
En esa ciudad, ya actuaban desde principios de este año 200 agentes de la Fuerza Nacional de Seguridad, un grupo policial de elite integrado por agentes de todo el país, pero que han resultado insuficientes frente a los altos índices de criminalidad.
Esa escalada de la violencia ha coincidido con la grave crisis económica que obligó a las autoridades de Río de Janeiro a declarar a ese estado en una situación de calamidad financiera, casi equivalente a una quiebra.
Las Fuerzas Armadas serán usadas en operaciones puntuales para combatir el crimen organizado pero también reforzarán, cuando sea necesario, la tarea de vigilancia que realizan los policías adscritos al Gobierno regional de Río de Janeiro, explicó el ministro de Defensa, Raúl Jungmann, en una rueda de prensa.
«Los militares no participarán en ocupaciones de favelas, como en anteriores ocasiones. Serán usados como último recurso siempre y cuando sea necesario. Pero no descartamos que también ayuden a patrullar las calles», dijo el ministro.