El canciller peruano, Allan Wagner, afirmó que su país debe tener «mucho cuidado» de sus relaciones con China, en medio de la investigación del escándalo desatado tras revelarse que altos funcionarios, sus familiares e «invitados» recibieron en secreto la vacuna del laboratorio chino Sinopharm.
«Hay que tener mucho cuidado y ser conscientes de que este es un asunto entre la empresa Sinopharm, el Ministerio de Salud y la Universidad Cayetano Heredia; y hay que tener mucho cuidado con nuestras relaciones con la República Popular China», remarcó Wagner en la emisora RPP Noticias.
El diplomático, que asumió el cargo el pasado lunes en reemplazo de Elizabeth Astete, quien renunció tras admitir que fue una de las personas vacunadas en secreto, recordó que Perú tiene con China «un acuerdo de asociación estratégica preferencial».
ACUERDO DE ALTO NIVEL
Wagner dijo que el trato con el gigante asiático, que es el principal inversor extranjero en Perú, «es uno de los dos únicos acuerdos de esa naturaleza, que son acuerdos del más alto nivel», que ha suscrito su país.
Confirmó, además, que Sinopharm entregó el año pasado a la embajada de China en Perú 1.200 dosis de su vacuna, cuyo ingreso al país fue autorizado por el Ministerio de Salud.
«Esto es responsabilidad de la embajada China y debemos ser cuidadosos», sostuvo.
La embajada de China es también centro de las miradas del llamado «Vacunagate», tras confirmarse que recibió más de un tercio de las 3.200 vacunas que llegaron al país en el tercer trimestre de 2020, solicitadas en principio para inmunizar al personal científico y médico encargado del ensayo clínico de Sinopharm.
VERSIÓN DISTORSIONADA
El ministro consideró, además, como «una versión que está distorsionada» que se diga que las otras 2.000 vacunas entregadas por Sinopharm fueron solicitadas por la Cancillería, tal como declaró la presidenta del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez.
Aseguró que el laboratorio «ofreció un lote impreciso de dosis para que se protegiera al equipo que iba a conducir la prueba clínica amplia» y que la Cancillería sólo transmitió esa propuesta a las autoridades sanitarias peruanas, que determinaron el número de dosis que requerían.
«La Cancillería en este tema actuó exclusivamente como conducto entre un ofrecimiento, la aceptación por la Universidad Cayetano Heredia y el Ministerio de Salud. Nada más», enfatizó.
Bermúdez aseguró este viernes ante una comisión del Congreso que al país llegaron 2.000 dosis de Sinopharm «solicitadas por Cancillería con la conformidad del Ministerio de Salud» para los encargados de los ensayos, además de las 1.200 pedidas por la embajada china.
ESCÁNDALO INTERNACIONAL
Wagner reconoció que el escándalo del «Vacunagate» ha afectado la imagen internacional del país y lo comparó con otra polémica por vacunaciones privilegiadas en Argentina, que llevó este viernes a la salida del cargo del ministro de Salud de ese país, Ginés González García.
«Sin duda se ha afectado, como se está afectando ahora la imagen de Argentina a raíz de esta Vacunación VIP, como la llaman, en el despacho del ministro de Salud argentino, que ha motivado que el presidente lo remueva de su cargo», comentó.
Para el canciller peruano estas son «situaciones que se están presentando dentro de esta desafortunada situación para el mundo, donde algunas personas no se conducen de acuerdo con los principios de solidaridad, con los principios éticos y legales».
Entre las autoridades peruanas que accedieron en secreto a las vacunas de Sinopharm estuvieron el expresidente Martín Vizcarra y las exministras de Salud Pilar Mazzetti y de Exteriores Elizabeth Astete, además de otros altos funcionarios, lo que ha motivado investigaciones del Ejecutivo, el Congreso y la Fiscalía.
EFE