Cannes homenajeó hoy la «extraordinaria carrera» de Robert de Niro y «todo lo que ha aportado a la historia del cine y del festival», pero también su generosidad con sus compañeros y con todo el mundo, que le han convertido en «el más grande embajador de Nueva York».
Así lo señaló el productor Harvey Weinstein, que destacó que el actor abrió su restaurante de forma gratuita tras el 11 de septiembre, unas palabras que De Niro escuchaba emocionado junto a su esposa, Grace Hightower, en el Gran Teatro Lumière de Cannes, donde se celebran todas las galas del festival.
Weinstein estaba presente como amigo del actor -«es un increíble actor e increíble caballero», dijo- y como productor de su última película, «Hands of Stone», sobre la vida del boxeador panameño Roberto ‘Mano de Piedra’ Durán, donde interpreta a su entrenador, Ray Arcel.
El venezolano Edgar Ramírez, que da vida a Durán en el cine, dedicó unas emotivas palabras a De Niro, al que conoció por primera vez en el 2011 y con quien ya ha hecho dos películas y prepara una tercera.
«Cinco años más tarde tengo el privilegio de estar en la esquina (del cuadrilátero) no solo en la película, sino en la vida. La mejor forma de describirte es tu generosidad y tengo la suerte de haber sido receptor de esa generosidad en el cine y la vida. Te adoro y te agradezco una y mil veces todo lo que has hecho, en nombre de todas las generaciones de actores que vendrán. Gracias, gracias y gracias», dijo Ramírez.
De Niro fue más parco cuando tomó la palabra tras proyectarse un montaje sobre su trayectoria en el cine y en Cannes, festival que visitó por primera vez hace 40 años con «Taxi Driver», de Martin Scorsese.
Una película que ganó la Palma de Oro y que llevó a «un joven actor a la gloria absoluta», en palabras del delegado general del certamen, Thierry Frémaux, que también aseguró que «De Niro ha construido el Festival de Cannes con sus interpretaciones y su cine».
«Es un honor estar en Cannes, que es un gran festival. Siempre que vengo me lo paso muy bien y espero volver a ser presidente del jurado» -ya lo fue en la edición del 2011-, dijo el actor.
Una gran ovación con todo el auditorio de pie cerró este pequeño homenaje del Festival, que culmina con el estreno de «Hands of Stone», una película dirigida por el venezolano Jonathan Jakubowicz.
El director venezolano Jonathan Jakubowicz, Robert de Niro, Grace Hightower De Niro, y el boxeador panameño Roberto Durán posan a su llegada para la proyección de la película «Hands of Stone». EFE/Julien Warnand
De Niro, Jakubowicz y todo el equipo de la película, acompañados por Roberto ‘Mano de Piedra’ Durán habían sido previamente los protagonistas de la alfombra roja de Cannes.
A su llegada a la alfombra, De Niro firmó sonriente autógrafos en libros, en fotos y hasta en camisas a los fans que le esperaban.
Junto a él, Edgar Ramírez, la cubana Ana de Armas -que interpreta a la mujer del boxeador-, el cantante Usher (Sugar Ray Leonard) y el español Óscar Jaenada, que tiene un pequeño papel en la película.
Todos los miembros del equipo se mostraron sonrientes y cómplices durante su paso por la alfombra roja al compás de la música de Rubén Blades, que también aparece en la película.
‘Mano de Piedra’ le enseño algo de la letra de la canción a De Niro y la cantaron juntos, acompañados por Jonathan Jakubowicz, antes de posar todos juntos con el puño cerrado en honor al boxeador.
Su vida es lo que cuenta «Hands of Stone», un filme que en un principio se iba a rodar en Oriente Medio, luego en otro país caribeño y finalmente se hizo en Panamá, «que era donde tenía que hacerse», resaltó De Niro.
Porque es allí donde Durán sigue siendo un ídolo pese a que se retiró del boxeo en el año 2000 a los 51 años tras ganar cuatro campeonatos del mundo -uno de peso ligero, dos de welter y uno de medio- y 103 de los 119 combates que disputó.